domingo, 18 de abril de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. A vueltas con el castillo

 

 



Hace unos ‘artículos’ te dejé en la explanada del castillo. Cuando hayas terminado – te digo -  de escudriñarlo por dentro, si me lo permites, bajamos juntos. Ahora lo haremos por un lugar distinto, por la calle del Carril.

Pero antes te informo que hay una tercera bajada por entre lo que fue suelo del castillo, y hoy  el lugar pide una excavación seria, ordenada, guiada por quien puede saber de estas cosas. Pienso en la Universidad de Málaga, pero me da la impresión que los departamentos pertinentes, no están por la labor, pero eso para otra ocasión.

Te cuento, cuando yo era muchacho, Antonio Suárez, que entonces estudiaba Historia en Granada trajo, en una excursión de estudios al profesor Arribas Palau. Giró una visita y nos dijo muchas cosas, entre otras, que a mí se me quedó muy grabado: “aquí hay restos de tégulas iberas con solo tocar el suelo…” El profesor no volvió, más; de los expoliadores que no han faltado desde entonces, no te digo lo mismo.

Ese trozo de tierra era un recinto interior cerrado. Un poco más hacia el caserío aún queda un resto de muñón de la muralla, trozos esqueléticos de lo que fueron torres albarranas… Mucho material desperdigado, y que el tiempo devorará como suele hacerlo con todo lo abandonado.

Hace unos años, en un tiempo un tanto lejano, se hicieron excavaciones. Apareció un aljibe de considerables dimensiones. Según los expertos que trabajaron el asunto, ese era el lugar donde la primitiva Iluro tenía su asentamiento.

Entonces, el castillo aún era Cementerio por lo que la excavación – a ambos lados de la muralla – tenía que ser interrumpida porque se adentraba en el lugar sagrado. Solo quedó al aire libre una parte. Los arqueólogos afirmaban que de continuarlo podrían encontrarse cosas muy interesantes para los que damos en gozar con estos hallazgos.

Al poco tiempo, los cafres de turno lo llenaron de ruedas de bicicletas viejas, latas, basura, chatarras, cajas, cartones… La Corporación Municipal, asesorada por los expertos, con buen criterio decidió cubrirlo con arena y evitar el vandalismo al que lo sometían. El hecho quedó ubicado, señalizado y recogido en la Carta Arqueológica de Álora. Somos muy pocos quienes conocemos el lugar y podemos señalarlo con precisión. Si alguna vez tienes interés con mucho gusto te lo indico…

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