sábado, 27 de marzo de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Otra Semana Santa

 

                                     


 

Mi pueblo, Álora, se viste de azahar y flores nuevas para recibir cada año a la Semana Santa. Por lo que todos sabemos, nos vamos a quedar sin procesiones en la calle. Sin Semana Santa, no. A nosotros, eso no nos da igual, ese hueco cuesta llenarlo.

Somos la releche. Verán. La señora de la casa, beata de velo de encaje negro, misal y rosario de perlas blancas y cruz de lata imitando a plata, adoctrinaba a la muchacha que prestaba servicios en su casa.

 “Y ahora, le dijo, cuando veas las procesiones por la calle, es algo de cada año. Eso te recuerda, que lo apresaron y lo azotaron y lo coronaron de espinas y lo crucificaron y…  Y, eso por qué, preguntó desconcertada, la chiquita… Por voluntad del Padre, contestó… Ojú, respondió,  ¡qué padre con más mala leche!”.

Este año no se podrá cantar: “Pueri hebraeorum portantes ramos olivarum, obviaverunt Domino: Hosanna in excelsis” cuando los niños las agiten al aire. Bendito el que viene en nombre del Señor. La calle Atrás no verá cómo Jesús, sobre una borriquilla hace que Jerusalén, por unas horas, sea más nuestra, ni las madres – por aquello de estrenar el Domingo de Ramos - con trajes nuevos comprados con la tarjeta del Corte Inglés y pagado en el mes siguiente y niño, mira, mira al móvil para enviarle la foto a la abuela…

Pero Álora es como es. En cualquier sitio Jesús Orando en el Huerto saldría de un templo… pues aquí sale de un templo, por supuesto, que también tiene su miga. Los hermanos levantan la capilla con un esfuerzo enorme, dan sablazos, recogen, ladrillos, cemento, arena, yeso… Llega la hora de la bendición. El Obispado, ante la ausencia de proyecto, plan de ejecución de obras, permisos…,no lo autoriza y se niega a la bendición.

-         ¿Qué no hay bendición religiosa, dice uno de los echados pa lante?, pues, vamos y lo bendecimos por lo civil (sic).

Jesús Orando en el Huerto, la noche del Domingo de Ramos no viene de Getsemaní, que no, que no, que aquí viene…¡del Calvario!

En la mañana del Viernes Santo se produce la llamada totémica de los perotes. Los portadores delanteros de los tronos de Jesús y Dolores se arrodillan ¡hasta tres veces! a la señal de un maestro de ceremonias. No, no es un reencuentro. Nosotros lo llamamos: la Despedía…

 

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