lunes, 10 de agosto de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gente admirable






Hay profesiones que suscitan admiración. Algunos  de los que transitamos en el devenir diario no damos con la tecla para saber dónde escarban, dónde cogen fuerzas, dónde buscan el empuje necesario para emprender la tarea sin achicharse.

Quizá, por los tiempos que corren, los sanitarios en estos momentos estén en la cúspide de la admiración. Se lee que no han tenido medios, que los han dejado solos y que han luchado, a brazo partido, contra una marea que se les ha venido encima de una manera desorbitada. (Todavía hay quienes van a las consultas y les insultan y les agreden. Esos son otros lópeces).

Hay un número imposible de contar: religiosos, maestros, servidores públicos, guardias civiles, policías, voluntarios, personas anónimas… Se dan al servicio de los demás en el desempeño de su trabajo o en asociaciones de carácter religioso o laico, da igual, impulsados por su fe, por su vocación, por su filantropía o por la bonhomía que llevan dentro. Llámele como quieran. Están ahí soportando, a veces, los bofetones de la incomprensión, que son los que más duelen, por parte de muchos que no les dan un palo al agua.

¿Qué decimos de esas familias que hacen encajes de bolillos, donde padres, madres e hijos se las ingenian para llegar a mediados de mes? Hay gente que lo está pasando mal. Hay quienes tiene la rara habilidad, incluso, de disimularlo porque les da un poco de rubor que otras personas conozcan que ellos no están bien.

Me decía ayer un amigo si yo pensaba que de esta situación vamos a salir más fortalecidos. Tengo mis dudas. ¿Se le puede pedir más a un sanitario, a un sacerdote, a una religiosa desconocida, a un voluntario de Cáritas o de Cruz Roja, a un guardia civil…, por ejemplo?

Hay un montón de gente egoísta. Esos, lo saben todo y desobedecen sistemáticamente los consejos que pretenden poner una barrera al huracán que nos azota. Ellos no, las normas son para los demás. Ellos tiene más calor que nadie, más necesidades que nadie, más cara dura que nadie y ahí aparecen las estadísticas de locura con las que cada mañana nos despertamos…

Imposible hacer un listado de generosidad. Me quedo con la gente admirable. Desconocemos sus nombres, pero son únicos e imprescindibles, por  su esfuerzo esto que llamamos mundo, funciona. Gracias.




No hay comentarios:

Publicar un comentario