jueves, 30 de julio de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Tallista, y de los buenos



                



Francisco Casermeiro Fernández, - Paco, “el Cantúo” mote heredado de su padre-, era tallista y de los buenos. Aprendiz en el taller de Antonio Salas, en el lugar donde hoy está el Hotel don Pero. Afable, de trato agradable y conversación amena. Autodidacta, culto y gran entendido en el cante flamenco. Fue presidente de la Peña Flamenca de Alora. Siempre tenía la palabra oportuna, la chispa irónica: “en mi casa, decía, en los años del hambre comíamos a la carta. Quien la sacaba más alta, comía; los demás miraban”.

Tuvo su último taller en calle Atrás, conforme se baja hacia la Plaza Baja de la Despedía, a la derecha. Trabajó en un local relativamente pequeño para la producción que tenía. Siempre que se pasaba por la calle Paco andaba con el manejo oportuno y precio de gubias, buriles, formones… con los  que sabía sacarle a la madera las entrañas de su esencia para convertirla en obra de arte.

Su gusto al trabajar la madera era proverbial. El exceso de trabajo hacía que las entregas se demorasen en el tiempo hasta el punto de acumular retraso de años pero la espera siempre merecía la pena y sorprendía  al cliente satisfecho con la obra que le entregaba.

Muy minucioso en su trabajo, lo que le hacía acumular aún más retraso. Piezas excepcionales del ajuar doméstico eran el adorno de muchas casas: arcas primorosas, repisas, cornucopias, mesas con un labrado exquisito.

Paco, también emprendió obras de más envergadura. La primera de ellas, fue un trono para Jesús Orando en el Huerto, en 1956. Era hermano de esta cofradía de artesanos y durante muchos años fue una joya de las que se procesionaban en la Semana Santa de Alora. Cuando realizó la obra, en los años cincuenta del siglo pasado, no se tenían en consideración algunos aspectos por que resultó un trono excesivamente pesado que hizo a la Junta de Gobierno de la Cofradía buscar uno más ‘aliviado’.

Realizó un trono para la patrona de Calaña y en colaboración con Francisco Ruiz Martínez unas andas para la Virgen de Flores. Paco, nunca superó la temprana muerte de su hija Mercedes, la tragedia de su vida.  Su obra última, cuando estaba en un momento esplendido de madurez, que no llegó a terminar -murió en agosto de 1993- fue el trono de la Piedad.






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