domingo, 12 de julio de 2020

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Acinipo






Mañana de verano. Decido salir ‘a la rosa de los vientos’. Con un pie en estribo, Felipe Aranda me entrega Mar de silencios de María Gómez. Al pasar por la Cueva, me acuerdo de un amigo entrañable…

Si al salir de Ronda, como yo, en la Indiana, giras a la derecha, te lleva a las ruinas romanas de  Acinipo.

“Se ubica  - dice la guía de la que me sirvo - en una gran meseta caliza de origen terciario, con una altitud media de 999 metros, sobre el nivel del mar”. He andado por allí varias veces. Me permito abrirte un abanico por si te es de utilidad. Si por primavera, el campo vestido en flor; si por verano, como hoy, el estío hace amarillear el pasto; si es otoño, las tonalidades de oros viejos y, si por invierno el viento y el helor te corta la cara.

Las ruinas se mantienen en pie. Sostienen el paso del tiempo y de los hombres. Entiende que te hallas en lugares que estuvieron poblados desde el Neolítico. Por Acinipo -eran  y son fértiles su tierras- pasaba una vía que unía puntos de tanta importancia como el Valle del Guadalquivir y la costa gaditana. El hombre, además, ayer como hoy, compraba mármoles y piedras de construcción, hierro y arcillas para la alfarería e iba de un lugar a otro...

Si te sientas en la escalinata, medita en la precisión del dato - ¿por qué 999 metros? - y piensa en aquellos hombres del siglo I que levantaron murallas, termas, templos, el propio teatro, que ahora te acoge.... - ¿qué actores llevarían el mensaje perdido en la ondas del viento que, quizá, como esta misma tarde lo hace en tu cara de viajero, acariciaba a los espectadores (pan y espectáculo) que otros tiempos llenaron el graderío?

Si recurres a los apuntes que lleves contigo, probablemente te dicen que hasta el siglo IV estuvo poblada y que, luego, transfirieron el papel dominante a la cercana Arunda.

De Ronda – ‘la de los toreros machos’ pregonaba Villalón – se ha escrito mucho, de Acinipo, menos,  y a mi entender quizá poco. Ronda  más sevillana que malagueña es la capital de la Serranía, Acinipo tartésica y romana acuñó monedas con granos de uva… Parece que le va a llegar un momento de rescatar parte de aquel esplendor. Nunca es tarde, si la dicha es buena.





No hay comentarios:

Publicar un comentario