lunes, 27 de agosto de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Luna de agosto



Llegó ella y se hizo señora del cielo. Es la última luna llena del verano. Cuando venga otra vez ya será otoño. Apareció como quien no quiere la cosa por los Lagares. Primero, tímida; luego, luz refulgente. Lo llenó todo. La luz pálida con la que juega al escondite con los jazmines y con las rosas y con el agua de la alberca. La luz de luna de la luna de agosto.

Federico dijo que era un pozo chico. Claro, Federico se las andaba con el zorongo y habló de brazos (“lo que valen son tus brazos cuando de noche me abrazas). Y dijo que las flores no valen nada… Federico podía decir lo que él quisiera.  No habló de besos. Porque dicen que hay besos de verdad… y los otros, claro.

El maestro Castellano la bajó al río. Dijo que  era la dueña de todo.  El toro la miraba y la veía entre jaras y romeros. Se bajó al agua. Embistió con pintones en punta y se vio burlado, tan burlado que no quería creer que todo había sido un espejismo. ¿Realmente lo era? Esperó y esperó… todo en vano. Jaras, sombras. ¡Cuántas sombras!

Bécquer la persiguió. La vio de cerca, de lejos. Casi la tocó con la yema de los dedos y dijo que podría estar en el fondo de la laguna, aquella laguna negra tan lejana y tan próxima. La vio perderse detrás de los troncos de los pinos centenarios o jugando en las buhardillas y en los palomares de los caserones desvencijados… Llegó a la conclusión. Supo que ‘poesía eres, tu’… Y no quiso decir más.

El maestro Agustín Lara le preguntó si se iba, también, de ronda, ‘como ella se fue’, y habló de quiebra y tristeza y soledad de alma. De heridas que lastiman el corazón. Y se sumió en la noche de la espera infinita con un mensaje que nunca llega a término porque hay noches que duran mucho, demasiado.

El utrerano Tate Montoya – se nos fue muy pronto, aunque todas las partidas siempre vienen demasiado  pronto y traen adelanto  – se lo preguntó reiteradamente: “Yo quisiera saber / yo quisiera saber / si la luna que yo miro / es la luna que ella ve”. No sé si obtuvo respuesta; yo, tampoco.



No hay comentarios:

Publicar un comentario