miércoles, 8 de agosto de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Nostalgia



¿Sabes? Me he llegado donde tú… Se iba la tarde. Hace un rato que la tarde, obedeció a los clarines de plata y comenzó su paseíllo como cada día, como siempre, como cuando ¿te acuerdas? la vimos aquel día especial, tan especial que ya nunca más hubo otro y, entonces, comenzaron a tener sentido algunas palabras del diccionario: jamás, nunca, siempre…

Sobre la arena unos pies desconocidos habían marcado sus huellas. Los pies venían de algún sito. Iban a alguna parte. Ya no había nadie en la playa. Se había retirado la gente y las huellas eran las señas de que alguien, antes, había pasado por allí no hacía mucho tiempo…

¿Sabes? El tiempo ya es otra cosa. Sí. Lo sé. Las horas del reloj, la mañana que llega, el mediodía de luz plena que lo llena todo y la tarde. Esta tarde es tuya y mía. Yo diría que es nuestra. No sé, qué te parecerá a ti. Estoy seguro, que como siempre, callarás y no dirás nada y entonces…

Una mantilla de nácar se ha asomado al tendido. Viene de la mano de olas. Son las olas suspiros de sirenas que enmudecieron porque  vaciaron las alforjas de las palabras. Contemplaban, miraban. No decían nada. Solo, algunas más atrevidas, acercaban más su llegada pero luego, siempre, daban el paso atrás. Volvían por la mar andada. Comenzaban la retirada. Como quien vuelve al lugar donde se sienten con más seguridad.

Hay una cresta de olas en la media distancia. Es una cresta larga. Rompen donde solo llega la mirada y, poco a poco, con parsimonia se diluyen como se escapan los suspiros en un entre abrir y cerrar de ojos como quien espera que no se escape del todo el alma y deje algo en el interior, y aguarda…

Se me ha hecho más grande el horizonte. Hay un tul de nubes altas. Juegan a azules como jugaban las niñas en la calle a la rueda las tardes de primavera.  Abren su baraja:  azul intenso, azul noche, celeste, añil…

Echo mano a los versos del Maestro Alcántara. “Seguirá que va y que viene, / yendo y volviendo a venir / cualquiera sabe hasta cuándo. / Hasta que encuentre por fin / la playa que anda buscando.” ¿Sabes? Ya somos dos. Le han tocado clarines de plata a la tarde…




No hay comentarios:

Publicar un comentario