martes, 28 de agosto de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Caminos



El viajero está sentado, cómodamente, en la sala de estar de su casa. La televisión ofrece imágenes de la Vuelta Ciclista a España. Coronan la sierra. El puerto durísimo. Luego enfilan campos de soledad y rastrojos. Olivares nuevos. Hace calor, mucho calor. Los hombres pedalean y sudan. El viajero echa mano a los apuntes. Recuerda lo que escribió un día cuando anduvo por aquellas tierras…

Agrón tiene nombre de gas con letras bailadas, muchos indicadores - como seis o siete - a la entrada del pueblo y una iglesia de estilo “planes del Instituto Nacional de Colonización”. Poco más de seiscientos habitantes viven en una altiplanicie azotada por el viento.

Cuando sigas camino el cereal  por lo tardío del estío, por la altitud - más de ochocientos metros -, y por el ciclo de cultivo, aún estará por segar.

Al fondo, pero que no muy al fondo, Sierra Nevada cierra llanura y conserva neveros en barrancos y cumbres.

Si vas ensimismado en tus pensamientos puede que tengas que volver sobre tus pasos para entrar en Ventas de Huelma. Hazlo y entra: viejos sentados a la sombra de un tapial dejan irse la siesta. Una mujer de luto riega, con jarrillo de lata, geranios rojos y fucsias. El chorro de agua se resbala por la cal de la pared. La casa de don Torcuato, el médico, da esquina a la calle Larga, tiene enrejado diferente y un mal gusto que se sube por el color de la fachada... La iglesia, pequeña y encalada. Está cerrada.

Cae la tarde. Granada, cerca. Aumenta el tráfico. En frente, a la derecha, te queda Escúzar, y más allá, Otura y ‘El suspiro del Moro’.

Por La Malá, - Malahá o Malá que de todas formas se escribe - al igual ves jóvenes que dejan correr las horas de la tarde. Su nombre deriva del topónimo árabe. Se traduce, dicen,  por “Alquería de Sal”. Las salinas vienen de cuando los romanos y las abastece el arroyo Salado. Sirvieron de moneda de cambio entre los Reyes Católicos y El Zagal. Por medio, la rendición de las plazas de Guadix y Almería. Tuvo balneario de aguas ‘cloruro-sódicas’, pero, de eso sólo el recuerdo.

Los ciclistas se dirigen a Santa Fe – donde los ‘piononos’ ¿qué no los has probado? No sabes lo que te pierdes – y Granada y Alfacar famosa por el pan…




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