viernes, 30 de octubre de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Modernidad

El tren  AVE 2143 enlaza las estaciones de Málaga-María Zambrano con  Madrid- Puerta de Atocha. Sale a su hora, o sea, a las 14,05.   Circuló por su vía de ancho especial. A ratos va paralelo a otras vías. Por las otras vías iban otros trenes.

Tomó velocidad. El cielo estaba entoldado. Nubes negras. Amenazan agua. Antes de llegar a Cártama se desvía a la derecha. Entramos en una sucesión de túneles. Se alternan  oscuridad y luz. Pasa una azafata. Ofrece periódicos a los viajeros. Cojo uno…

El campo, desde el tren, corre en sentido contrario; algunas casas en la lejanía. Entra y sale en los túneles.  Hurgamos en las entrañas de la cordillera. El periódico me ha tintado las yemas de los dedos. La prensa de papel tiene el inconveniente de manchar las manos de los lectores.

El tren – llegó a Madrid, siete minutos antes de lo previsto. Unos minutos de parada para entrar en hora – recoge viajeros en Antequera- Santa Ana, Puente Genil, Córdoba, Puertollano, Ciudad Real, Alamillo. No, no; Alamillo, no. El tren no pasa ni por Alamillo de Arriba ni por Alamillo de Abajo.

Despeñaperros ofrece un paisaje de dehesa y monte. El tren supera los 110 kilómetro/hora; en Conquista 150; por Sierra Madrona 270. Cruza el Valle de Alcudia a 290. Verdea la tardía otoñada; junto a una charca hay un sínodo de cigüeñas…

Campo de Calatrava; aeropuerto abandonado. Anuncian trasbordo a los viajeros - del tren - con destino a Alcázar de San Juan, Albacete y Alicante. Ciudad Real ha cambiado mucho. Esperan las cepas la poda oportuna. Quedan en pie el estadio de atletismo donde jugaba el Manchego; la torre de la catedral…

El viajero recuerda aquel curso de verano en El Doncel. Massiel arrasaba, entonces, con su ‘Aleluya’ que le había escrito Aute. Adaptábamos la letra: “unos patos en la noche /  unos trenes que se escuchan / el ruido de algunos coches / el agua no cae agua en las duchas…,/ ¡aleluya…!”


Las noches eran calurosas; sacábamos brillo a los  bancos del parque. El tinto estaba barato, muy barato; menos dinero teníamos nosotros. El viajero recuerda otros viajes en otros tiempos y en otros trenes. El tren sigue, ahora, su marcha por el Campo de Montiel…

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