jueves, 8 de octubre de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Gañán

El lucero del alba salía cuando ya apuntaba el día y clareaba por los cerros; se habían ido casi todas las estrellas.  

El gañán se levantaba a esa hora. Descorría el cerrojo que cerraba por dentro la puerta de la habitación que había entre la cuadra y el cuerpo de casa. Era el granero. Con el silencio de la madrugada el cerrojo de la puerta tenía un sonido metálico y chillón. Encendía el candil y se encaminaba a la cuadra.

En el granero estaban, también, los aparejos de las bestias, las jáquimas, una serreta para la yegua, varios bozales, un par de mataguillas, anterrollos, serones de esparto, un juego de trabas… Algunos utensilios se colgaban en las estacas que sobresalían en la pared. El granero tenía una ventana pequeña con una reja.

El candil pendía del techo en un alambre largo encorvado por la punta. Levantaba el brazo; lo descolgaba. Encendía una cerilla y le prendía fuego a la punta aceitosa de la torcía. Avivaba el candil con un ganchillo de alambre. Echaba un poco de aceite y la luz se hacía más intensa. Las sombras del hombre se agigantaban proyectadas en la pared.

Algunas veces tras sus pasos iba el gato. El gato había deambulado durante toda la noche y por eso de la curiosidad – la curiosidad dicen que mató al gato – lo seguía en todos los pasos que daba. Todos los días eran iguales pero todos los días los dos hacían lo mismo.

El gañán llenaba el almud con de sebo - trigo, maíz y cebada - molido para enriquecer la pastura. Lo echaba sobre una espuerta de esparto con dos asas que al unirlas la cerraban por la parte de arriba. Por el andén del tinado el hombre llegaba hasta el pajar…

Llenaba la espuerta de paja. Revolvía el pienso con la paja. Volvía sobre sus pasos y con la mano vuelta lo iba esparciendo por los pesebres. Los mulos lo buscaban con los belfos entre la paja. Los animales tenían una alimentación diferente cuando comenzaban las sementeras.


El establo olía a paja caliente, a vaho de bestias y a estiércol. Entonces, el hombre sobre los rescoldos de la noche anterior, echaba una candela en la chimenea y ponía una cafetera de porcelana para hacer el café…

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