sábado, 3 de octubre de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Ajetreo

Era un bullicio de gente.  Todo el día fue un bullicio de gente. Desde muy temprano. Era un ir y venir. De todos sitios; de muchos sitios. Sentarse delante de plato de sopas, el pretexto. Todo provocaba el reencuentro. A mí me llegaron amigos de Antequera y de Málaga…

Una estación de ‘penitencia’ en la Casa de Hermandad de Dolores Coronada. Imposible entrar.  Todo era un hervidero… ¿Los soperos?, Juan González, Pepe Manitas y Juanito Trujillo. Seguimos camino. La plaza a rebosar. Colas. Puestos con gente que consumía; amigos que se encontraban.

En el Azahar, o sea en Candelaria tenían unas sopas para quietarse el sombrero – por cierto, como estaba el día medio nublado, me lo dejé en la casa – y el mejor callo que me he comido en mucho tiempo. Candelaria ofrecía, además, una muestra gastronómica exquisita.

En el “Labra” perote, a saber, en el Madrugón, me encuentro con el doctor Trujillo me ‘da’ una dirección madrileña. Comandante Zorita 32, Gaztelupe… Ya saben, a los médicos, siempre, siempre, hay que hacerles caso. Juan Domínguez, me dice que pasó por El Riojano en calle Mayor, a instancias de un artículo mío. Ah, en ninguno de los dos sitios llevo comisión.

Dieguieto Mamely – porque para mí sigue siendo Dieguito – me habla de su madre  y de cosas de su padre. No le digo nada; por dentro siento algo especial. Él lo sabe; ustedes; también… Así es uno. Antonio Javier me habla del Málaga en el Bernabeu…

En la Asociación Cultural saludo a Pilar. Compartimos trabajo hace un montón de años. Pilar me trajo una cinta con cantes de Auroros de su pueblo, de Rute, porque Pilar es de Rute y hablamos de mantecados y de belenes de chocolate y de anís y de recuerdos…


La tarde se puso gris. Era un gris lejano, era un gris perla de esos que se escapan y se desparraman por el cielo cuando lo tienen a bien. Nos sentamos en El Pinto y, entonces, apareciste tú. Bajabas por la Avenida. Lo llenabas todo. Tú que en la lejanía pareces tan poquita cosa y eras toda luz; toda radiante; toda belleza… Solo tú. Tú…

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