viernes, 16 de octubre de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pan

Cualquier día de estos celebramos el día internacional en que “no celebramos nada”. Viene a cuento porque según escuchaba esta mañana, el 16 de octubre, hemos celebrado el Día Internacional del Pan. Pues mira que bien.

Alguien dijo que el nivel de desarrollo de un país (entonces nosotros estábamos en la liga donde  jugaban  los países en vías de desarrollo) se evaluaba por la cantidad de pan, carne y leche que se consumía. Mucho de lo primero, pobreza; de los segundo, apuntaba a riqueza y bienestar.

 Los pobres deseaban el pan que no les llegaba con el jornal de miseria; los ricos lo tenían de sobra. Hubo quien se enriqueció con el trigo de estraperlo y se aprovechó de una España de carestía, aunque eso sí, misas, novenas, quinarios, golpes de pecho… Ellos estaban en la España del “trigo limpio”. ¡Ay, eminencia con lo guapo que están algunos calladitos!

 En España el pan, por aquel tiempo, era básico en la compra diaria. Tan básico que cuando algún malaje hablaba más de lo preciso, alguien le replicaba: “Cállate que cada vez que hablas sube el pan”. Y si subía el pan en muchas casas entraban sudores de necesidad y hambre.

Había quien pedía el mendrugo de pan de puerta en puerta. A uno cuando recuerda aquello todavía se le hiela el alma. Cuando un trozo de pan se caía al suelo, se le daba un beso y se comía. El pan se guardaba en una talega detrás de la puerta en la cocina.

 A algunos niños cuando salíamos de la escuela por la tarde, a las cinco,  nos habían preparado  para la merienda,  un trozo de pan con un hoyito lleno de aceite o una rebanada untada con meloja, miel, mantequilla… Algunos fuimos unos niños afortunados.


Cuando escribo estas líneas me quedo con El Pali. Se lamentaba en unas de sus Sevillanas memorables de algunas cosas perdidas en Sevilla. Cantaba: “madre ya no viene el tren / a las clarillas del día / que traía a los panaeros / de Alcalá de Guadaira”. Mejor que sea así…, aunque haya que celebrar el Día Internacional del Pan para concienciar que aún no llega a todas las mesas.

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