jueves, 11 de noviembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Estorninos

 

 

                      


Una bandada de estorninos caía sobre los olivares de la Cuesta del Convento. La tarde estaba soleada. La tarde llegaba a su mediación. Buscaban la aceituna madura. Era una bandada grande y, desde el cielo planeaban hasta hallar lo que buscaban. Se han tirado en picado y, ya en el suelo, se han camuflado entre la otoñada, la mínima otoñada que se atreve a salir.

Un amigo me ha pasado un video. Es asombroso. Una cosechadora siega un maizal. No sé – no lo dice el video – el lugar de origen. Deduzco por la pinta: tierra llana, con poca ondulación y donde se pierde el horizonte… que puede ser una de las dos Castillas. Parecen más tierras de Albacete que las de más al norte. Esto, de mi cosecha. A lo que iba. A medida que avanza la máquina, salen jabalíes como hormigas de un hormiguero. Algo asombroso.

Ahora, por no se sabe qué extraño conservacionismo, un grupo que se llama ecologista, se opone a la caza del jabalí y del conejo. La ignorancia es supina. Desconocen que cuando la población animal se descontrola, entonces se convierte en plaga y los primeros perjudicados son los propios animales.

Cuando la selección natural no se lleva a cabo, tiene que ser el hombre, de manera ordenada e inteligente, quien imponga el control. De no ser así, comienzan los problemas, las enfermedades y los perjuicios para todos. Hay quien espera un año para la recolección. Pleitean por su propia subsistencia.

Estos criterios falsamente proteccionistas, son perjudiciales para la propia naturaleza, primero; para el hombre, después. Desde hace unos años no se limpian los cauces de ríos, arroyos y cañadas. Dicen que  facilitan el anidamiento de aves silvestres. No se cortan los cañaverales, las mimbreras, los espárragos, las palmas.. No quieren saber que cuando la planta renace, brota con más brío y con más fortaleza. No se limpian los montes – aquí también intervienen otros intereses – y prohíben el pastoreo extensivo y controlado y lo que provocan son incendios pavorosos en verano.

¡Qué atrevida es la ignorancia, y sobre todo si alguno de los que gestionan y toman decisiones, no han pisado en su vida el campo! Los estorninos – para quien quiera saberlo - pasan la noche en el campanario de la iglesia, en los árboles del parque, en las almedas del río…

 

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