viernes, 16 de febrero de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Lluc, el bosque sagrado

                  


Santuario de Lluc (Mallorca)

 

16 de febrero, viernes. Tres devociones sustentan la religiosidad popular de Mallorca: el Cristo de la Sangre, en Palma; Santa Catalina Thomas, en Valldesmossa y la Virgen del Lluc en la Sierra de Tramontana.

Hay que ir a Lluc. La comunicación no es fácil; buena hasta Inca, después… Eso. Binissalem es tierra de vinos, Inca, en una cubeta, de industria de calzado hasta que llegaron los chinos. Se gira a la izquierda, dirección a la Sierra. Caimari tiene la belleza de los pueblos a pie de monte y Escorca no se ve, pero en su término acoge los cuatro picos más elevados de la isla: el Puig Mayor, el de Massanella, el de Tomir y el Galileu. Todos superan los mil metros.

Desde Caimari la carretera sube. Es estrecha y con muchísimasas curvas; la vegetación abundante. La subida, bellísima. Es el corazón de la sierra de Tramontana. Cuando se corona hay que bajar un poco porque Lluc está en una hondonada al pie de un torrente.

Como marca la tradición la Virgen se apareció a un pastor. Al lugar lo llaman, desde entonces, “bosque sagrado”. Probablemente Lluc sea una palabra prerromana… El lugar, único. La Virgen morena – hay otras vírgenes morenas de España: Monserrat, la de Candelaria en Tenerife, Guadalupe, la de la Cabeza…- es venerada desde el siglo XIII, en 1268…

El Santuario y sus tierras fue dado por Jaime I ‘El Conquistador’ a la Orden del Temple, que explotaron sus tierras mediante cesiones a los payeses; luego, de la Orden de Malta; los Misioneros del Sagrado Corazón... La crisis de vocaciones hace que ahora se gestione por tres sacerdotes de la diócesis…

La imagen de “la morenita” se venera en el trascoro del templo. Un lugar recóndito. Invita a la oración, al recogimiento. Es donde se encuentra ese momento de paz que uno busca y, a veces, lo halla… Hay que ir a Lluc.

Como todos los centros de espiritualidad tiene una hospedería, lugares para la oración y recogimiento, y una tienda donde se pueden encontrar cosas interesantes.

Tienen también sitio donde reponer las fuerzas físicas. Yo iba bien aconsejado. Me fui un poco alejado del Santuario. A orillas de la carretera: C’an Gallet. Nos dieron arroz brut (arroz ‘sucio’) caldoso con carne de pollo troceada pequeñita, caracoles, alcachofas, judías verdes… Algo exquisito.

- ¿De postre?, le pregunté a Toni que es de Caimari pero lleva treinta años en Lluc

- Ensaimadas fritas con chocolate…

- ¿?

- No menja altres como aquestes en cap lloc…

Hay que ir a Lluc. Háganme caso..

 

 

 

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