lunes, 22 de enero de 2024

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Solo


                       


La noticia ha saltado hace un par de días.  La prensa la ha publicado. No salgo del asombro. Un niño de 9 años, abandonado por sus progenitores, ha sobrevivido, durante dos años, solo en su casa en el pequeño pueblo de Nerescac, de poco más de dos mil habitantes en el distrito Poitou-Charentes no lejos de Angulema.

La cosa parece que viene de un poco más lejos. La denuncia, la instrucción y, posterior condena ha llevado su tiempo. Según informan el padre se largó hace un tiempo; la madre de 39 años se fue a vivir con su nuevo compañero sentimental en el pueblecito de Sereuil de poco más de mil habitantes y no lejos de la localidad que ahora hemos ubicado en el mapa…

Dicen que los vecinos ‘sospechaban’ abandono. Una señora detectó que el chaval hurtaba fruta y hortalizas o comida por la ventana de su casa. Se lo comunicaron a la madre y la respuesta fue “que no se metieran en su vida”; en la escuela a donde acudía limpio y con un comportamiento ejemplar y un rendimiento académico normal no sospecharon de la situación. Solo algunos compañeros vislumbraron ‘algo’. Servicios sociales, medios de la alcaldía e instituciones asistenciales estaban ajenas a la situación que se desarrollada delante de ellos.

Hasta aquí todo puede parecer normal. Me pregunto, un niño de nueve años sobrevive solo, se alimenta de las conservas enlatadas, sin calefacción ni luz… ¿es normal que lleve esa vida? ¿Qué podemos entender por normalidad?

La sociedad no se da cuenta de la situación de abandono y soledad que vive un niño. ¿Es normal esa sociedad? ¿Qué estamos haciendo mal? Decía Juan Ramón Jiménez, en unos versos admirables, “como los hombres tristes / siendo tantos cada uno solo”. No me cabe duda de dos cosas: ese niño estaba solo y tenía que estar triste, muy triste. Los que andaban a su alrededor parodiando también a otro poeta “iban de su soledad a sus asuntos”. Y eso no lo dice el poeta. Lo digo yo, no se enteraban de nada, o ¿no querían enterarse? Una sociedad que actúa así, no me cabe duda que, aunque viva en relación con otras personas, es una sociedad que está sola.

Ahora, algunos medios, también informan de personas mayores aisladas – es un eufemismo – están tremendamente solas. Hace unos días encontraron a un periodista muy importante muerto. Un compañero de otro medio dijo: “murió solo, llevaba unos días muerto”. Este chaval está con una familia de acogida. A ver qué va responder cuando alguien le hable de la dureza de la vida…

 


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