martes, 7 de diciembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Otra de perotes

 

                          


Alguien acuñó: “Málaga ciudad bravía que tiene más de cien tabernas y una sola librería”. En mi pueblo, Alora, no es el caso, pero casi. Tabernas (de las de antes solo quedan un par, mal contado; de las de ahora...) Lo de las librerías es otro cantar…

Se han perdido las tabernas con sabor a tapa de cocina y a vino a granel en garrafa, que lo traían de Moriles y de Montilla.  Llega la modernidad. Se impone la renovación. ‘Otra’ calidad se abre paso. Se pierde espontaneidad y viveza. Una vez, escuché al Obispo don Ramón Buxarrais: “la taberna es la verdadera casa del pueblo” Lo clavó don Ramón. Los tiempos ‘adelantan – ya lo dijo don Hilarión en la Verbena de las Paloma… - que es una barbaridad…’ ¡pues eso!

Llega la moda de poner una cadenita en los coches para despedir, en contacto con el suelo,  la energía estática acumulada en la carrocería, el hombre -agudo y seco como un junco - entra al bar con una cadena amarrada a la cintura que llegaba al suelo…

-         Fernando, ¿Y esa cadena? Le pregunta el de turno.

-         Pa no marearme…

Otro entró en el bar recién abierto, que para atraer clientela  servía un vino tinto ‘muy especial’ traído, en gran mano, de La Mancha, desde una bodega amiga…

-         ¿De qué te pongo la tapa? Preguntó, solícito, el camarero.

-         Pónmela de yeso, que las otras noches, no me dio tiempo de llegar a la puerta de Pepe Rosas.

La cosa estaba negra. Casi como siempre. ¿Cuándo no ha sido Pascua? Los precios para arriba, lanzados, sin pararse. Poco trabajo, dinero escaso, o sea casi ninguno…El hombre de poca estatura se encuentra con el amigo. Se van hacia el bar.

-         “Po no han subido, el vino”, le larga de sopetón y casi en el apunte de la desesperación…

-         A mí, con que no me suban el mostrador…

El bar se caracterizaba por la ridiculez de la tapa. Le ponen dos boquerones fritos, sobras de días anteriores, escuálidos y escuchimizados. Para camuflarlos llenan el plato con casi medio tomate, en rodajas…

-         Niño, ¿tú has visto algún grillo lustroso?

La tos no lo deja. Profunda y continuada…

-         Tómate un poco de tomillo…, le dice uno

-         ¿Cómo me lo tomo? Pregunta

-         Ramoneando…

 

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