martes, 28 de diciembre de 2021

Un hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pájaros

 

 


                  Foto. Diario SUR (Málaga)

Cada tarde cuando el sol se nos va por el Monte Redondo, vienen cientos de pajarillos a pasar la noche en los árboles del parque. Han estado durante el día en las Lomas, en Virote, en la Cuesta del Chopo, en el Morquecho… ¡qué sé dónde!

No son pájaros urbanitas, ¿o sí? Pernoctan en los árboles grandes de la avenida y, entre riña y riña, (ellos la camuflan con un piar ensordecedor) se buscan una rama. Se acurrucan y, a manera de bolitas, dejan que pase el viento.

Cuando arrecian los fríos, la prensa publica noticias de la mortandad de pajarillos a causa de la bajas temperaturas. No las soportan. También publica noticias de personas que tampoco pudieron resistir el frío. A veces, esas noticias alarman menos que las otras. ¿Por qué será?

El periódico SUR,  hace unos días publicó algo bueno. De esas cosas que no tienen morbo y no venden. Ustedes me entienden. Un hombre oriundo de una ciudad de Marruecos, es peluquero de profesión. Hasta aquí, pues como que no. Se quedó en la ruina porque lo engañaron cuando iban a montar un negocio. Tampoco.

¿Entonces? Verán. El hombre en sus días libres, se echa a la calle y va por parques, plazas, bancos, zonas deshabitadas y les ofrece a los indigentes cortarles el pelo y adecentarlos. Dice el periodista que publica la noticia, que las personas a las que atiende lo que más agradecen es “que alguien los escuche….” Es duro ¿verdad?

Los ornitólogos dan explicaciones variopintas sobre la mortandad de pajarillos: vuelos largos, envenenamientos, choques con los tendidos eléctricos….

Las personas de la calle llevan sus cuerpos heridos de muerte. ¿Las causas? ¡Uff! A lo mejor aún estamos a tiempo…

 

 

 

 

 

 

 

 

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