domingo, 26 de septiembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Viaje a pie

 

                                     


Por azar me reencuentro con esas cosas, esas pequeñas cosas con las que uno tiene conexión porque forman parte de nosotros mismos aunque haga mucho tiempo que no se mantenga un trato directo con ellas. Son las cosas que en un momento de no recordamos cuándo nos llenaron de satisfacción, sembraron la ilusión y luego, dieron, poco a poco su fruto.

Me refiero a esos libros reencontrados por casualidad en el devaneo de la mirada por el anaquel de la biblioteca y, de pronto, sin saber cómo el destino – no puede ser de otra manera – nos provoca el reencuetro. Y…, alarga la mano y lo alcanza y lo abre por cualquier página y entonces va y lee: “Está ya uno curado de la petulancia de creer que sabe algo…”

Ah, no lo he dicho, me he reencontrado con el Viaje a Pie de Pla. En una de las páginas de cortesía, un sello de caucho con tinta violeta dejó impreso:  Librería Lería. J. Antonio 10 Alora (Málaga). Ya de por sí me dice que es viejo, muy viejo. Avanzo varias páginas, y en el Depósito Legal: 1979

Comienzo en ese deambular por las páginas que ya han perdido el color blanco, que  tuvieron como pan recién horneado cuando salieron de la imprenta. Conserva, a pesar de haberlo releído unas cuantas veces, el olor que solo tiene los libros que llevan un tiempo sin abrirse.

Es un libro pequeñito. No tiene muchas páginas. Ya se sabe, lo bueno… Pues eso. Cuando alguien tiene algo que decir como lo decía Josep Pla en sus libros de viajes no hacen falta muchas páginas. Todo en él es conciso, preciso, oportuno…

Es de esos libros en los que uno aprende que el carro – cuando había carros, claro – en la puerta de la casa del campo o los aperos de labranza dan idea de la labor, de la barcina que propiciaba, de cómo debía ser la yunta de bueyes…

Uno se conecta también con el recuerdo del cántaro en las fuente solitaria del pueblo. A lo mejor, hay un viejo con ganas de que alguien le preste atención y el hombre se vacía en una conversación y cuenta y cuenta y cuenta cuando le preguntas y va y dice “porque usted por su habla no es de aquí”.

– No, señor.

 – Pues venga más a menudo aunque, yo para entonces, ya…

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