jueves, 16 de septiembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Aparentemente, normal

 

 


Uno de los genios más grandes de la Historia del Arte, Miguel Ángel, era un hombre ‘aparentemente normal’ según unos estudios recientes. Pudo medir sobre 1,60 de altura, en aquella época una estatura corriente.

La aparición de unos zapatos en su casa dan a entender que no tuvo un pie excesivamente grande. Va en proporción con la estatura. Según Vasari que publicó datos de su vida (1475-1564), un poco después de su muerte, era ‘ancho de hombros’, ‘delgado’ y  pudo estar aquejado de gota o de artritis, enfermedades comunes entonces, incluso hoy. No hay que descartar que ese calzado perteneciese a otra persona, que convivía con él en la misma casa.

Miguel Buonarroti nació en Caprese, Arezzo, en la Toscana bañada por el río Arno. Su vida fue muy longeva. Alguien dijo de él que todo lo que hizo, lo hizo tan bien que aún hoy a pesar de los años transcurridos, no ha sido superado: arquitecto, escultor y pintor. Vivió en el Cinquecento y compartió gloria con otros artistas como Leonardo da Vinci y Rafael Sanzio…

Como arquitecto dejó San Pedro del Vaticano, edificado sobre la tumba de San Pedro y sede del Papa, Pontífice Máximo de la Iglesia Católica. La magnitud de la obra, sobrepasa a todo lo soñado y está rematada por una cúpula excepcional en cuanto a dimensiones, belleza y majestuosidad.

La Capilla Sixtina es su máximo exponente en la pintura. Sus discrepancias – es el primero que pinta desnudos en las iglesias - con el Papa Julio II no solo no quitaron impacto a toda la obra sino que lo incrementó. Las Creación del mundo, más un paso por lo recogido en la Sagradas Escrituras, están sobre las cabeza del Colegio Cardenalicio cuando tienen que elegir al sustituto de Pedro y representante de Cristo en la Tierra…

Pasar por la escultura de Miguel Ángel obliga a pararse delante del Moisés (San Pietro in Vinculi), la Piedad, donde María sostiene a Jesús, entre sus brazos, muerto (Basílica de San Pedro, a la entrada, a la derecha) o en el David (Galería de la Academia de Florencia) con la belleza del efebo transmitida con una viveza que asombra y sobrecoge. Miguel Ángel murió con 88 años cumplidos. Está enterrado en la Basílica de la Santa Croce, símbolo del arte florentino. Comparte panteón con Maquiavelo, Dante, Galileo…, entre otros.

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