domingo, 19 de septiembre de 2021

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Justicia

 

 

 


Las noticias que saltan sobre la pobreza en España son escandalosas. Asombra la pasividad con que las recibimos. Impactan. Escuchas (¿o solo se oye, y no se escucha?) que hay gente que come una vez al día, que no tiene para cubrir sus necesidades básicas y hacen malabarismos para llegar a fin de mes.

Nos hemos acostumbrado a los aldabonazos fuertes, muy fuertes pero cuando el ruido se pierde entre otros ruidos entonces, se echa en ese rincón de los olvidos donde cabe todo, bueno, casi todo. No es cuestión de hurgar en los recuerdos.

Algo falla. Violencia, botellón, desacato, droga… No puede ser la respuesta. Esa sociedad no puede ahogar a la otra parte y también precisan de una salida.

Da igual que gobiernen ideologías de izquierda, de derechas, de comparsas o mediopensionistas. Les guía la buena voluntad. Quieren hacerlo lo mejor posible, entre otras cosas, para seguir en el poder, y que no los echen y se les recuerde por sus excelencias. ¿Se acuerdan? “Que buenos son los hermanos que nos llevan de excursión…” eso, pero con matices).

Urgen soluciones. Todos, sin excluir a nadie, sin excepción y sin que nadie escurra el bulto señalando a otros como apestados, tienen que buscar soluciones, sentados; de pie, no. La cosa puede ser larga… y no es frivolizar)

Cada persona en esta tierra nuestra que se llama España tiene derecho un puesto de trabajo Hay que proporcionárselo. Cada uno tiene que comer de su propio trabajo. (Ya sé lo de los cuentistas, pillos, aprovechados y compañeros mártires).  Las limosnas, las ayudas de instituciones, de organizaciones humanitarias o religiosas son fenomenales, pero puntualmente, no por costumbre para tapar el roto de cada día,

Sé que esto que escribo no sirve para nada. De buenas intenciones están empedrados los caminos que llevan al infierno pero tenía que decirlo.  Estamos hechos a las voces como los gorriones de los trigales que levantan el vuelo y al rato están otra vez en las espigas. Podremos engañar a otros, a todos los otros, al vecino del quinto H, pero ¿a nosotros mismos?

Ahora… (iba a escribir un disparate), ¿al que se acuesta sin cenar le importa mucho que los locales estén abiertos hasta las dos de la madrugada? Ustedes perdonen que les haya dado el día…  Creo que esto solo tiene un camino, ese que lleva a un lugar que se llama Justicia.

 

1 comentario:

  1. Y yo dándole vueltas a eso de que "Todo el mundo anda a lo suyo menos yo que voy a lo mio"

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