martes, 20 de marzo de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Uniforme verde


Se llamaba Diego y vestía de verde. Llevaba un uniforme que impone respeto; a veces, distancia, desde la proximidad, humanidad y servicio y generosidad y todo lo que ustedes quieren agregar… y se van a quedar cortos.

Era ya con la noche entrada. Llovía sobre el pueblo y llega el aviso. Un accidente. El arroyo crecido, más agua de la que suele llevar cualquier día normal y va turbio porque es el arrastre del barro de la campiña.

Sale con otro compañero. Bueno en la escala en que se mueven las personas que sirven a la sociedad desde un estamento militar es otra persona con graduación diferente.

Se van – él según cuentan ya no estaba de servicio – pero se monta en el vehículo. Van hacia el sitio desde donde ha llegado el aviso de un accidente. No lo dudan. Se ponen manos a la obra. Un resbalón inoportuno, el terreno mojado, un traspié… ¡Vaya usted a ver qué pudo ser sin luz, solo la luz de una linterna, al parecer, y lloviendo!

El agua turbia y desbocada, el agua embravecida y maloliente porque las aguas crecidas huelen a fango y a muerte y desapareció No había rastro. No se sabía nada, compás de angustia.

Sus compañeros lo han buscado por la orillas del arroyo y, luego por río. Entre la maleza y el barro. Han apartado cañas, troncos  y brozas, maleza de la que crece espontánea y de la que se acumula por la suciedad de los cauces.

Se llamaba Diego y vestía de verde.  Otra vida más; otro hombre más. Todos coinciden en que era servicial y buena persona. Aún no ha dicho nadie – yo no lo he escuchado – que diga que es un héroe que ha dado su vida cuando iba a rescatar a otras personas.

Ahora lo que procede, cuando las aguas vuelvan a su cauce, es que el Ayuntamiento de Guillena – un pueblo de la provincia de Sevilla – rotule las dos esquinas, la que entra y la de salida de una calle con su nombre. Los hombres de mañana preguntarán quién era  Diego y alguien les contará la historia….






2 comentarios:

  1. Amigo Pepe,con tu publicación me has hecho sentir orgullo por reconocer la entrega hasta la muerte de un compañero al servicio de la comunidad.Yo te doy las gracias.Un abrazo.

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    1. Amigo Pablo, somos nosotros, la sociedad entera, quien tiene que mostrar el agradecimiento. Dais muchísimo cambio de casi nada.

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