domingo, 4 de marzo de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mitá


 Hace ya ese tiempo que deja de ser invierno pero no es primavera. Para abrigos, calor;  para veraniego, frío. Amaneció hace un rato. No ha subido todavía el sol lo bastante para calentar; o sea, ni arriba ni abajo. En la mitá…

La barra tiene la gente suficiente como para que no haya sitio pero tampoco está tan llena como para que uno tenga que buscar sitio – el acomodo, es otra cosa – en otro lugar del bar. Mira y contempla y no decide irse a la otra punta… Se queda en la mitá…

Se han ido los que madrugan. Los que entran a primera hora aunque vayan con un poco de retraso, desayunan temprano. (Los que vienen cuando aun no están las calles puestas, es otra gente). Luego vienen los rezagaíllos. Ni sábanas pegadas ni prestanza. O sea en la mitá…

Uno pide medio mollete con aceite. Tostado. ¿Por los dos lados, pregunta el camarero? No; medio, solo una parte. O sea, la mitad de medio mollete que no es entero y tostado por un lado. Lo miro. ¿Le pondrá aceite por los dos? He sido un mal pensado. No, solo le ha puesto aceite, en la mitá…

Uno de los asiduos pide un cortao. No es de café; no. El camarero saca una copa pequeña, panzuda y marcada por una línea roja casi en la mediación de la copa  - la mitá - se gira. Alcanza una botella del mostrador. Vierte el anís (que tiene nombre de torero) sobre la copa. No sobrepasa la raya. Tiene el tío un pulso milimetrado. La deja en la mitá…

Luego, sin mediar palabra, abre una nevera de esas que se cargan por arriba y solo abren una de las dos portezuelas; saca una botella de agua. Está por la mediación. La deja sobre el mostrador. La destapa con parsimonia. De debajo saca un vaso. Está limpio. El hombre, levanta la botella y deja caer el agua fresca. Solo llena el vaso hasta la mediación. O sea, por la mitad.

Llega uno:

-         Ponme un mitá…

-         Doble o pequeño.

-         Normal

-         Leche ¿fría o caliente?

-         Mitá y mitá…





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