jueves, 2 de noviembre de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Noviembre

Dice el calendario que el año ha tomado correndilla como los niños cuando jugábamos al pilla-pilla en el recreo. Ve cómo asoma por el horizonte un montón de pastores. Bajan de los montes. De los montes de Belén, claro, que son de arpillera y se aromatizan con tomillo y romero. Bajan a un río de papel de plata que nace en una oquedad de gandinga…

Noviembre es mes de muertos y santos. Los santos que se fueron – porque les llegó su hora – y los santos que aguantan la monserga de tanto ‘periolisto’ – porque,  oigan son listísimos pontificando en las tertulias sobre los tiempos que corren. Otros corren más que el viento por las esquinas y han puesto un montón de tierra por medio. Ustedes me entienden.

Es tiempo de sementeras y besanas largas con el surco abierto por el arado con la semilla dentro. Una banda de bisbitas detrás en busca de bichillos que se asoman desde dentro de la tierra.

Noviembre de tenorios asaltadores de conventos y castañas en los hornillos. Una nube de humo en la calle. Otra nube, de información, interrumpe los programas y da noticias en directo de nuevos inquilinos en  furgones camino de Soto del Real.

Se adelanta la noche; ahora llega antes aunque hace tiempo que la oscuridad entró en muchas mentes. No hay viento que mueva los badajos, ni tocan las campanas de la torre, ni limpia tanta telaraña crecida dentro.

Esta tardía la otoñada. La lluvia llega a regañadientes como los malos escolares que no quieren escuela. Va a permitir  que nazca una capa tenue, sutil, casi imperceptible de yerba en las cunetas de la carretera, en los barbechos cuajados, en eriales de cardos y alcauciles y  tagardinas subidas.


Se han amoratado las aceitunas. Piden molino, como el agua, la poca agua que entre cañaverales y juncos baja por el río pide el mar, y España pide normalidad. Los olivos están preciosos; doblados, arqueadas las ramas en reverencia a la madre tierra. Están preciosos, también, los naranjos que enseñan los frutos coloreados y maduros con las primeras madrugadas de frío.

Resultado de imagen de campanario con campana


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