martes, 1 de julio de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Jilgueros

                                                           

Apuntaban los primeros rayos del sol por lo más alto del Santi Petri. Despertaba el campo. Una banda – camada nueva de volantones – de jilguerillos se han desayunado sobre los florones rosáceos de los cardos.
Desde la umbría de las huertas suben columnas de humo. Queman leña de poda. No quieren que les pille el calor; madrugan. El aire del norte deja una estela de humo en el cielo azul y limpio.

Dice la radio que la prima de riesgo – con la lata que dio  – está en ciento cuarenta. No sé si es mucho o poco, o si dentro de un rato,  el señor Montoro mandará que nos den otra vuelta de rosca… Como si el garrote vil ya no apretase bastante.

Horror en Oriente Medio. Crucifican a unos semejantes porque los consideran ‘moderados’. Oriente arde por calor, por ideas, por carencia de soluciones. No entiendo nada. Alucino ¿cómo puede haber tanta crueldad anidada en algunas mentes?

Invita el nivel doméstico a  no mirar. Madina – en el partido llamado a ser la alternativa, cuando éstos se achicharren porque quemados ya están –  está preocupado por saber la procedencia de los avales; Sánchez, ‘hermano’ de singladura: que se adivinen. Castro y Horrach, enfrentados. Gürtel, Bárcenas y el duque que se ríen de los peces de colores; de las declaraciones de Aznar y Rossell…

De desahucios, familias en umbrales de pobreza, juventud sin horizonte, viejos al amparo de pensiones de llanto y, encima, tirando de las miserias de los hijos, de planes de estudio serios, comunicaciones, sanidad… ¿De eso? Vamos hombre que estamos en verano.

Dos socialistas honrados – porque hay socialistas, como los hay en todos los partidos, honrados -, Pedro Rodado y Pepe Nieto casi piden por esta red, o sin el casi, la refundación de su Partido. Al igual no están tan equivocados. Al igual los hay, también, en otros partidos pero se callan. Estos son o menos prudentes o más valientes. Da lo mismo.


Por cierto. Vuelvo al principio. Me acuerdo de la copla: “en lo alto de la torre hay un nido de jilgueros / y el señor cura me dice / que no le toque los huevos…”

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