viernes, 18 de julio de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Achicharrados

                                           

La calor calienta los cascos. La inclinación del eje de la tierra, o lo que sea, hace que el sol esté más cercano. Hay recachas que vendrían muy bien en enero pero miren por dónde no vienen en invierno sino en julio. En julio lo que más se echa de menos es algo de brisa fresca. ¡Cosas que pasan!

Otros cascos están calientes, también. Israelíes y palestinos están a tiro limpio. O lo que es lo mismo: siembran muerte en las playas, en los caminos, en esas casas apiñadas que pueden tener de todo menos de dulce hogar. Los ucranianos – sean de la leche que sean – tampoco se han quedado cortos. Casi trescientas personas ya no verán más cómo sale el sol cada mañana. ¿La culpa?

Sigue la calentura de cascos calientes. A Matas le ofrecen la posibilidad de elegir el  próximo hotelito, aunque con rejas, no sabemos si con vistas a la mar, para pasar los  nueve meses que la Justicia quiere apartarlo del mundanal ruido. Antes, eso de ir a la cárcel era algo horrible y debía dar  miedo. Por lo que se lee, ahora,  no.

Siguen en el baile los Pujol Ferrusola.  No se sabe o  no interesa saber cuánto dinero se llevaron a Andorra y a otros paraísos fiscales. Como ellos un montón más de ilustres: el duque consorte, el tesorero, el de los trajes, los de los Eres, el sindicalista…

Si la cara es el espejo del alma hay almas un poco raras. A juzgar por las que se ven – caras en los dos sentido de la palabra –  en las televisiones, en las portadas de los periódicos o en eso tan eufemístico, ¡tiene bemoles!, que llamamos redes sociales.


España está estos días achicharrada. Ahora, a la ola de calor anuncian que se agregan otras olas a modo de huelgas: en hostelería, en los ferrocarriles… No hay que dar ideas. Pensemos en esas otras olas de la playa que van y vienen; en chiringuitos con espetos humeantes; en arenas con muchachas de ébano dándoles envidia sol del Mediterráneo. Parece que eso puede ser más refrescante.

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