domingo, 8 de junio de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Flores en el balcón

                                  

Decía Ortega, que en España, lo que no hace el pueblo se queda sin hacer. Ortega llevaba razón en muchas cosas, en casi todas las cosas. Puede que si Ortega viviese, a lo mejor opinaba, que lo que hace el pueblo, además del hacer es, aún, más bello.

Desde hace unos días circula por la red una iniciativa magnífica. Espléndida. Extraordinaria y preciosa. ¿La autora? Porque es una mujer la promotora firma como “Lina perota”. Ha lanzado un reto: pon flores en tu balcón y comparte la foto con quienes quieran verlo.

Lina es una mujer – como casi todas las mujeres – con una sensibilidad fuera de lo común. Sólo a personas tocadas por eso que llaman “la gracia de Dios” se le ocurren cosas así. De seguirla el cambio en la cara al exterior del pueblo puede ser algo para nota.

Hace unos años, AECA, lanzó un eslogan parecido. Dotó la iniciativa con un premio; Julián Santamaría hizo el cartel anunciador. No sé porqué aquella iniciativa de concurso no tuvo acogida. A lo mejor, ahora, al quitar el prurito del premio…

Es justo, también, reconocerlo. Periódicamente, el Ayuntamiento, - alguien responsable, claro – da la orden y cuelga macetas en las barandas del Callejón y Veracruz. Hay, al parecer, alguien – o ‘alguienes’ – que se sienten molestos. Llegan al paroxismo. Reiteradamente las rompen o las roban. ¿Qué quieren que les diga? Me da muchísima pena reseñar lo que acabo de contar.

Juana Sánchez, mostró desde su puesto en facebook una ventana ahíta de claveles en la calle Erillas. Desde luego que mi calle no es una calle cualquiera, pero desde aquel día, mucho menos. Por cierto, la mujer que cuida los claveles se llama Isabel.


Ahora Lina, “Lina perota”, nos invita a algo precioso. Se me ocurre una proposición ‘deshonesta’ ¿por qué no le hacemos caso? A que sí… Gracias, Lina. Muchas, Linas, por favor, que sean tantas como las estrellas de las noches embrujadas de nuestro verano perote…

1 comentario:

  1. Pepe para conocer la belleza exterior quizás se necesita conocer primero su belleza interior, esa es más difícil de conocer y tienen que ser los demás quien lo saque a la luz.

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