sábado, 28 de junio de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Leer

                                                           

Cuentan una anécdota – no sé si verídica - de don Santiago Ramón y Cajal. Acude a dar una conferencia a Santiago de Compostela. Todos se lamentan del clima. Hablan de la lluvia. Reiteran, se repiten... Don Santiago harto, responde a uno de los que lanzan el mensaje negativo: “hace una tarde estupenda para estudiar”.

Era como al medio día. Cae el sol a pedazos. Los pocos que pasan por la calle buscan lo menos que se vende de sombra a esas horas en el que el sol está muy alto. “Esto no es calor, dice uno en la barra del bar, “esto es mala leche”.

Contaba Agustín Lomeña una conversación entre dos en la Fuentarriba. Más de lo mismo. Hablan del tiempo… “porque caló, dice uno, caló, lo que se dice caló, no hace, pero hace caló…”

Ha pasado un perro vagabundo por la calle. No va a ninguna parte. No viene de ningún sitio. Lo veo alejarse. Hace un rato que me las anduve por el excelente análisis de la sociedad que ha hecho Juan Gaitán en su artículo semanal en la Opinión de Málaga…Hace pensar. La ética. ¡ay, la ética! debe haber buscado una sombra para pasar la tarde… y lo que viene después.

El vistazo diario a los periódicos – para algo está internet – es para llorar. Cien años de la Gran Guerra y el mundo mucho peor que cuando estalló aquel disparate; la mediocridad política española asidos a la tabla salvadora. Se llama sueldo a fin de mes. ¿Lo demás? ¡Vamos hombre…! que ‘salga el sol por Antequera’.


Pienso en don Santiago ya casi desconocido y olvidado: llevaba toda la razón. Hace una tarde estupenda para… leer. Es lo que he hecho. Al azar alcanzo  un libro del anaquel. Abro, releo: La Tesis de Nancy Ramón J. Sender. Interrupción obligada – prórroga y penaltis, incluidos – Brasil 1; Chile 1 ¡Qué grande es la lectura y qué grande es el fútbol! Para los que gustamos de las dos cosas, claro.

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