jueves, 19 de junio de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Frente a Palacio


                                           

Enrique Martín Siquerios escribió una canción  en versión instrumental para Los Pekenikes. Guitarra, armónica y órgano eléctrico aportaron a la música de entonces, 1966, una manera diferente, distinta y nueva. Se llamó: “Frente a Palacio”. Los que teníamos alrededor de los veinte años compramos la grabación de Hispavox…

Un montón de años después, frente a palacio, el Palacio Real de Madrid, en la plaza de Oriente, la muchedumbre aguanta calor y gentío. Esperan saludar a los nuevos Reyes de España, Felipe VI y Doña Leticia. España proclama el primer Monarca Constitucional de su historia.

Tres jueves, dice el refrán,  relucen como el sol. El de hoy, Corpus Christi, en junio ya entrado en días porque la Semana Santa vino tarde; los otros dos, Jueves Santos y el día de la Ascensión. Que se lo digan a los que lo sudaron allí.

Hacía calor. Del que bajaba del cielo y del otro. El pueblo de Madrid y, otros llegados de sitios lejanos,  han llenado las calles: Carrera de San Jerónimo, Plaza de Cánovas, Paseo del Prado, Cibeles, Gran Vía, Callao, Plaza de España, calle de Bailén y los jardines de la plaza que mandó construir José I  - el vilipendiado rey francés -  derribando casas y conventos. La lió.

Por cierto, hoy 19 de junio, hacen ‘sólo’ 206 años de la batalla de Bailén. Da nombre a la calle. Realza el patriotismo de aquellos españoles. ¿Cuántos españoles sabían la coincidencia de la fecha? Yo, no. Mi amigo José María Hidalgo lo ha publicado en un artículo - como todos los suyos - muy documentado. Gracias, maestro.

En las calles y frente a Palacio un enjambre libador en las ocasiones históricas ha presenciado (es un decir) lo que ha pasado por allí. Las nubes entoldaron un poco la mañana y, a ratos, aumentaron el sofoco. Desde la TV, el primer plano ha ofrecido más detalles, pero…


Me quedo con varias consideraciones. Los que abarrotaban no iban ni con bocadillos ni en autobús pagado. Ellos y, otros desde la lejanía, abrimos nuestra ventana a la esperanza de un tiempo nuevo. Ojalá supere, en lo bueno, a todo lo anterior. Las dificultades, grandes; las ilusiones, más. ¡Suerte, Majestades!

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