sábado, 14 de junio de 2014

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Brevas

                                                           
Dicen que vienen por San Juan de junio; es cierto. Dicen que son tiernas, voluptuosas, sensuales y rayadas de ombligo a pedúnculo; es verdad. Dicen que son muy golosas para los pájaros madrugadores que llegan a la higuera casi antes de apuntar el sol y es verdad…

Un comentario de mi amigo Fermín Adame al artículo de ayer (desastre futbolero en una noche para recordar lo que no se debe hacer) me da pie al de hoy. Viene Fermín y me escribe: “Prefiero estar a las brevas, amigo Pepe, las de San Juan que este año han madurado por San Antonio”.

Las brevas están en la gastronomía mediterránea desde siempre. Platón las tenía en su dieta. Los médicos la recomendaban como fruta favorable a los cuerpos. Proporcionaban alimentos y  daban algo, entonces, desconocido;  ahora, los especialistas las llaman ‘calorías’.

La breva es el más temprano de los dos frutos – el otro es el higo – que da la higuera “Entre el higo y la breva, la segunda es la primera”. No se queda ahí el refranero castellano y alaba su utilidad. “Higuera breval, una o dos, en cada corral”.

Dicen también en su contra  que frutales en la huerta son veredas de tunos. Tiene un  amigo mío un par de higueras en la linde. Se dio un volteo el otro día, temprano.  Y encontró al oportuno ‘visitante’.

- ¡Queeee?

- Ya ves  -contestó  – dando una vuelta pero ésta  ya está andada…

- Claro, le dice mi amigo, otro madrugó más… porque para coger brevas hay que venir más temprano.

- Sí, dijo,  - sin el menor rubor - eso pensé yo, es tardecillo pero voy a ver…

Ayer, caluroso sábado de un junio, almorcé con unos amigos en Carratraca. Casa Pepa. Excelente. Por la compañía y por los manjares. Comer con amigos a los que se quiere tanto llena a uno de vida por dentro. Pidieron de postre: brevas. Rayadas, verdosas azuladas, sensuales, dulces, apetitosas, “pájaros de azúcar”,  las llama Barbeito…


Por cierto, aviso a mis amigos caminantes.  Con orden invertido  pero,  por lo que más queráis,  que lo de ayer no sea algo que va  “de higos a brevas”.

1 comentario:

  1. Los buenos amigos son como las estrellas, aunque no siempre se ven, sabes que están ahi.

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