sábado, 10 de junio de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. ¡Vivos!


                                


10 de junio, sábado. Colombia, el único país que lleva el nombre del descubridor de América está hoy en la actualidad de los telediarios y de los periódicos del mundo.

La noticia ha saltado de madrugada en las rotativas. Los medios de comunicación del mundo han abierto sus primeras páginas con la información. ¡Aparecidos, los cuatro pequeños, perdidos en la selva colombiana desde principios del mes de mayo!

La cosa ocurrió tras un accidente de aviación. Los niños, integrantes del pueblo indígena huitoto, -viven en el medio Amazonas colombiano y se adentran en Perú - viajaban con su madre y con un líder indígena de la diminuta comunidad amazónica de Araracuara hacia San José del Guaviare, un pequeño poblado en el centro de Colombia a orillas del río Guaviare.

Un fallo de motor, el accidente… Lo que suele pasar.  Encontraron, tras caer una avioneta, tres cadáveres de adultos, pero no los cuatro niños de 13, 9, 4 y un año. ¿Dónde estaban?

Se iniciaron las operaciones de búsqueda. Sin resultado. Cundía el miedo y la preocupación. No se perdía la esperanza. Un día el presidente colombiano dio la noticia del hallazgo, pero resultó que no era verdadera. No desistieron.

Ahora la dan por cierta. ¡Han aparecido! Dicen que desnutridos, y comidos de mosquitos. En la selva, normal. Dicen, también que el lugar, además de la maleza y vegetación extrema, es territorio propio del jaguar, de serpientes venenosas, de tropecientos mil peligros y todos en contra de la superviencia. Por otro lado, alguien ha dicho algo digno de analizar sin prisa: “eran niños de la selva”. ¿Qué ha querido decir?

Leo en el New York Times: “No están claros los detalles sobre quién realizó el hallazgo de los menores, ni tampoco cómo lograron sobrevivir tanto tiempo en una selva tan densa, propensa a las lluvias intensas y que es el hogar de jaguares y serpientes venenosas”.

La región está en la zona del Orinoco. Las lluvias torrenciales arrecian de febrero a octubre y alcanzan en algunos lugares hasta los 3500 mm. La zona se ubica en la provincia de Popayan y forma parte de la Amazonia. Desagua a través del río Guaviare. La zona está muy despoblada y las condiciones de vida son durísimas, lo que viene aún a dejar constancia de que las supervivencia de estos pequeños sea considerada como algo milagroso. Vendrán más noticias. Seguro.

 

 

 



 

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