jueves, 10 de noviembre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Preocupa el deterioro de los frescos de la Encarnación



Parroquia de la Encarnación. Álora


10 de noviembre, jueves. La parroquia de la Encarnación de Alora es un soberbio templo manierista atribuido a Pedro Díaz Palacios, maestro de obras, de la catedral de Málaga. Se inscribe dentro de los grandes templos columnarios y su construcción se llevó a cabo entre 1600 y 1699.  Fue concluido durante el pontificado de Bartolomé Espejo y Cisneros.

 

Los Reyes Católicos tomaron Álora en junio de 1484. Mandaron construir un templo bajo esa advocación de Nuestra Señora de la Encarnación sobre la mezquita principal del castillo de Las Torres.

 

El actual sustituyó al primitivo, deteriorado por los años. Cuando se toma la decisión de hacer el nuevo ya se había quedado pequeño y la población se había desplazado, paulatinamente, hacia las laderas del cerro. Su expansión era incontenible. El Terremoto de Lisboa (1755) en el siglo XVIII supuso su destrucción total. Del primitivo solo se conserva la capilla – gótico flamígera – y el campanario que aprovechó el antiguo minarete.

 

El nuevo templo se dotó de tres naves y un presbiterio coronado por un retablo obra de los antequeranos Márquez y Vega y dorado por Martínez Primo. Una representación de los cuatro evangelistas, ocupan los ángulos de las esquinas. Son las que más piden la restauración por su descascarillado progresivo.

 

En el resto de los apóstoles la conservación también es muy deficiente. Al comienzo del siglo XX dos de los frescos fueron tratados por el pintor malagueño José Moreno Carbonero. Pasado el tiempo, el resto de la colección reclama una actuación pertinente llevada a cabo por manos expertas antes que sea tarde.

 

No se conoce el nombre del autor, aunque críticos de solvencia la atribuyen a un pintor antequerano que siguió la huella de Goltzius, (1558- 1616), pintor y grabador flamenco. Sus estampas de grabados tuvieron una gran difusión en toda Europa y por supuesto en España.

 

Sus primeras obras son de estilo manierista; sin embargo, tras un viaje a Roma en 1590 adoptó un estilo más acorde con el neoclasicismo, aunque más contenido. Después de 1600 comenzó a experimentar con la pintura de paisajes, creando una verdadera escuela paisajística que no sólo influyó en la pintura flamenca, sino que se difundió por toda Europa. Un seguidor suyo, Bartolomé Aparicio, dejó su impronta en la sacristía del Hospital de San Juan de Dios en Antequera. ¿Fue el mismo que pintó los frescos de Álora, que ahora piden una actuación urgente?

 

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