viernes, 28 de abril de 2017

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Sueños

Me gustaría andar esos caminos y dar riendas sueltas a los sueños;  me gustaría ir a dónde ellos llevan y, en las espaldas colgada una mochila de recuerdos y, los ojos mirando y mirando... , porque dicen que es en los ojos donde primero se leen los sueños.

Me gustaría soñar, Sevilla, contigo al lado, y ver cómo pasan esas nubes – ¿de dónde vienen con sus vestidos grises de estreno? -  que van camino de otros cielos, a contar lo que han visto, a decir, que todo lo que les digan, es cierto. Me gustaría…

Me gustaría ser un niño de los que jugaban en la calle, en  otro tiempo, que saltaba engañando al tiempo, y que nunca terminaban en la punta porque una voz llamaba: “No te vayas tan lejos” Y, el niño volvía al amparo de la voz protectora.

Me gustaría sentarme en esa orilla y ver cómo quieta, se están yendo en cada momento el agua del río,  y  soñar con veleros blancos que venían de otras tierras. Eran tierras de lejos. Tan lejos, tan lejos… Traían plata y oro y tabaco y pájaros  y plantas comestibles y gente muy rara, que hablaban de aventuras y conquistas y…

Me gustaría sentir cómo la brisa acaricia las copas de las palmeras y ese murmullo de vuelos de palomas que bajan a la tierra desde el cielo y picotean, de aquí y de allí… ¿Qué comen las palomas urbanas en esas horas en que no hay gente en la calle?

Me gustaría saber qué piensa la Torre y conocer todos sus secretos. La Torre dice que la leyenda se encargó de hacer soñar a mucha gente pero solo  ella conoce la verdad de todo lo que el tiempo le hizo encerrar en sus adentros.


Me gustaría saber qué fue de aquellos pilluelos que pinto Murillo en las puertas de los templos, y si don Miguel de Mañara subió al cielo, y si el obispo de Valdés Leal fue consciente que de cuál era  el mensaje del “sic transit gloria mundi” y…

La imagen puede contener: cielo, nube, árbol, exterior y naturaleza

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