jueves, 12 de julio de 2018

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Libros y libros



Cantaba Raphael en unas de aquellas canciones que nos ponían melosos que ‘a veces llegan cartas…”, y nos contaba algunas de las peculiaridades que podrían traer en un papel pautado  - ¡qué tiempos, verdad! – o en un folio blanco…
Algo parecido ocurre con los libros. Unas veces porque uno se los trae consigo cuando se pierde por esas tiendas donde los ponen al alcance de la mano;  otras, porque te los regalan los amigos.

Hace unos días, Fermín Adame, me traía uno, de Jesús Rodríguez Delgado. ¿El Título? Como para echarle de comer aparte: “De las mayordomías de la Hermandad de Nuestra Señora de Flores, Patrona y Alcaldesa Perpetua y Honoraria de la Muy Noble y Leal Villa de Encinasola (Huelva) y de otras curiosidades parroquiales y aconteceres diarios marochos”.

El contenido, para los que damos en hurgar en los papeles viejos, una delicia. Un tratado de investigación. Pormenoriza Jesús  en los detalles más ínfimos, más insignificantes. Deja claro que han sido muchas, muchas las horas de investigación. Contacto con legajos, papeles viejos, historias que se habrían  olvidado si esa mano, como en el arpa de Bécquer, la suya, no hubiese sacado el jugo de sus cuerdas.

A título de curiosidad. Tres muestras. Recoge que “Sebastián Vázquez que se fue a las Indias en el siglo XVI y que dejó un débito pendiente a la Virgen de Flores, de los cuales había pagado su mujer, la mayor parte…” (Y digo yo, ¿ Cómo le mandaría el indiano, el dinero). La mujer debía ser una santa.

Otra. Cuenta que deciden rifar un cerdo por Navidad. ¿Objetivo? Recaudar algunos fondillos. La imprenta se equivoca. Pone la imagen del Niño en el brazo derecho; el cetro, en la izquierda… (Y pregunto ¿abonarían a la imprenta el importe de las papeletas? Con tan buena gente de por medio, no lo dice Jesús, pero seguro que sí).

La tercera: “…. Mi padre fue quien marcó el pozo de sondeo”, o la compra de un televisor para el ermitaño.  La obra está plagada de pinceladas humanas. Es el devenir del tiempo. Casi  todos tocan el tema del tejado, las obras, el ‘arreglo de la camina’ (Siempre lo vi en masculino, menos aquí). Se ve que se adelantaron a los tiempos. Por lo pronto, a Álora nos trajeron su Madre de Flores y, ahora, un libro delicioso. Gracias, Jesús.




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