jueves, 17 de diciembre de 2015

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Pepe Rosas

 Felipe Aranda es un notario gráfico de las cosas de su pueblo; Felipe se acerca a la realidad profesional, y a la otra,  la movida por el cariño a su gente. A Felipe le rapiñeo fotos que, a veces, aparecen en estos artículos. Hoy me da pie, incluso, para el texto.

Felipe va y cuelga en su muro. Copio literlamente: “Pepe Rosas un perote universal... este día recuerdo que nos cruzamos en la ‘calletras’ y me dijo Hipi, (como era el mote de mi padre) hazme una foto en mi puerta que es el arco más bonito después del de las Torres... y por desgracia creo que puede ser la última foto que se le tomó”.

Pepe Rosas era eso, y más. Único, señero, singular, extraordinario, original, distinto, sin par, especial, fuera de lo corriente, insólito, inusitado, excepcional, fabuloso, esencial, asombroso, sorprendente. Es decir, Pepe Rosas.

Todos estos sinónimos como aquello de los Diez Mandamientos que se encerraban en dos, se compendian en dos palabras: Pepe Rosas. El profesor Rodríguez Becerra lo llamó: “Memoria colectiva de un pueblo”.

Peregrino del folclore viajó de Nueva York a Belén; de Bruselas a Rabat; de Chauen a Lisboa; de Tánger a Estambul…Dicen que el folclore no se aprende en la Universidad. Algunos, como él, nacieron con el venenillo dentro.

Recopiló coplas de meceeros, villancicos, coplas de carnaval; le bailó a la reina Fabiola en su boda, y en la Feria Mundial de Nueva York. El Ayuntamiento, cada año, convoca una muestra, entre escolares, de Villancicos de Álora – para que nunca se pierda lo nuestro, me decía – con su nombre…

En Granada conoció al pianista de Lorca; con García Matos recorrió - "cuando no había aparatos radio y esto no se había prostituido" -  los Lagares; con Juan Martín, el Capitán, bailó Verdiales en el Albert Hall de Londres…

-          Pepe, ¿tú hermano que estudia?

-          Derecho

-          Y¿tú?

-          Doblado…


Por cierto, su hermano fue Magistrado del Tribunal Supremo; si existiese algo paralelo para el folclore, Pepe habría ocupado un sillón en paridad. Su luz física se nos apagó una mañana; su luz del recuerdo brilla con enorme fulgor.

4 comentarios:

  1. Conocí a Pepe Rosas, por mediación de mis hermanas mayores, Nati y Conchi, que cantaban y bailaban como los ángeles, todo el repertorio de canciones de la tierra, lo que hizo que Pepe pidiese a mi padre, las autorizase a formar parte del grupo de coros y danzas de Álora. Como eran otros tiempos, mi padre dijo que no y ahí quedó el proyecto y – de paso - la ilusión de mis hermanas, limitadas a alguna actuación todo lo mas en el pueblo. También conocí a su hermano, el magistrado, en su casa de Madrid, todo un señor, que me recibió - como si me conociese de toda la vida - solo por el hecho de ser perote. El señorío Pepe, se ve que va de casta...

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    1. Tuve la suerte de compartir muchas horas, muchísimas horas junto a él. Imposible el olvido...Difícilmente en Álora nacerá otro que le iguale.

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  2. Un gozo hablar y oir hablar de él.
    Su legado y su saber perdurará en la historia de ÁLORA y en la memoria de todos los perotes.

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