jueves, 29 de agosto de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Chaparrón

                                   EL CHAPARRÓN


Era de madrugada. Era esa hora en que, con las nuevas tecnologías, sólo siguen encendidos los pilotillos verdes de los conectados a facebook; era esa hora en que las calles, que dejaron puestas, se ven sorprendidas, en su silencio, por el motor del camión que recoge lo que el progreso depositó en los contenedores…

Sonó el chaparrón como un ruido sordo. Como el vuelo de la perdiz fue intenso y breve. Casi no dio tiempo a que, desde el campo, viniese el olor a tierra mojada. Ese olor que a uno le llega dentro y le dice de algo nuevo y bueno: la lluvia del cielo ha regado el campo.

Repiquetearon los goterones a manera de una música esperada, deseada, que rompía el bochorno del ambiente, la quietud de aire, el plomizo que se suspendía desde hacía un puñado de horas casi desde antes que el hombre del telediario hablase de alertas de colores: amarilla y naranja…

 Con esto de las predicciones sabemos por hora cómo se va comportar el tiempo que no siempre obedece a las predicciones. Suele hacer lo que le da la gana (como algunos políticos), aunque, a veces, obedece (el tiempo los políticos, al partido; a los ciudadanos, un corte de mangas) y hace lo que dicen que va a hacer.

Cuando la gota fría del ochenta y nueve - del siglo pasado, claro- tras el desastre se reúnen los alcaldes en el Gobierno Civil. Rosario de quejas y ensarta de peticiones. Se acusan (no existía entonces todas estas sofisticadas informaciones de hoy) y claman porque  los ha cogido sin posibilidad de reacción. Como si ante eso se pudiese hacer algo…


El alcalde de Carratraca corta por lo sano. “En mi pueblo - dice - hay una seña de agua que no falla”. Entre todos se suscita la curiosidad y la lógica pregunta. “Si usted saca las cabras del corral - informa - se ‘espelucan’ y se meten para adentro, agua segura”… Acabáramos…

1 comentario:

  1. Pues, una predicción de bajo coste la del Señor alcalde de pueblo de mis abuelos. ¡Que golpe!.
    Bueno amigo José un chaparrón que al menos os ha aliviado un poco del bochorno Aloreño. Bien venido sea. Un saludo.

    ResponderEliminar