sábado, 31 de agosto de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Jazmines para una biznaga

Abro el periódico y, de sopetón, me encuentro con la muerte de Martín Ferrand. Dice el maestro Alcántara que hay ‘gente que se muere y gente que se nos muere’. Se van. Es un goteo que no cesa. Faltan, ya, demasiados de los que uno leía en la cita mañanera. Me pregunto si será que estoy posesionado - antes no me daba cuenta - en el andén de partida de ciertos trenes…

Naturalmente nunca conocí ni tuve acceso a la persona de quien hoy tantos han escrito tantas cosas. No me ha sorprendido casi ninguna. La primera vez que supe de este hombre hace ya muchos años. Eran tiempos del tópico ya manido “la televisión en blanco y negro” pero era verdad. Con Julio César Fernández compartía, de dos a tres, un programa: ‘Sobre la marcha’. Breve, directo, conciso… Propio de entonces.

Después lo he seguido - porque uno bucea siempre - por muchos medios. Siempre me pareció el hombre de artículo largo en la prensa escrita y de retranqueo de la palabra, a conciencia, como quien quiere remacharla, en la hablada. Nunca era baladí su mensaje y nunca hacía perder el tiempo ni al lector ni al oyente.

Hay gente que lleva esencia en lo que dice; él, entre ello. Se puede estar más o menos de acuerdo. O no estarlo. Pero tiene algo que decir. Corren tiempos de ‘okupas’ que han hecho de profesión ‘sus tertulias’ No es el caso de este hombre. Su voz ronca o su prosa estructurada llevaban detrás algo que no dejaba indiferente.


Otrro maestro – Barbeito – escribe, en  ‘ La Tribu’, un bellísimo artículo: ‘Hortensias’. Recuerda momentos que pasaron juntos y visitas a su casa. Habla de las hortensias de su jardín transformadas en crisantemos. Yo, modestamente, le he puesto un comentario y le digo que me las imagino como jazmines, jazmines blancos del sur que se hacen biznagas de reconocimiento y recuerdo.

1 comentario:

  1. Perfecto recuerdo a un escritor que se ha apeado de un tren llamado "vida", que a pesar de no haber conocido, lo solías leer en tus citas mañaneras. Eres tan agudo en tu comentario. Se adivina tu temor al momento de apearte del tren. Y se nota tu delicadeza al imaginar viznagas de nuestra tierra, las hortensias del maestro Barbeito. Un abrazo amigo.

    ResponderEliminar