domingo, 25 de agosto de 2013

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. La Virgen de Flores

UNA HOJA SUELTA DEL CUADERNO DE BITÁCORA


                                   LA VIRGEN DE FLORES


Nació el alba, como todos los días –ahora ya un poco más tarde por mor de la traslación de la tierra- por los cerros de los Lagares. Al principio el lubricán fue una raya de luz difusa; luego fue a más y, cuando apuntó el sol, la comitiva se puso en marcha. Del convento a la parroquia. Sobre unas andas delante, arropada por pueblo: la Virgen

Durante la madrugada hubo un transito de caballos y un resonar de herraduras contra el asfalto. Voces que resuenan más en el silencio de esas horas donde la noche se debate e retirada. La gente, como pequeños hilos humanos, se echa a la calle, se agrupa, se agolpan… Se marcha ligero. Hay que llegar a la hora; después, ya se baja con más tiento.

Hace más de quinientos años que en Álora se le reza a la Virgen. Trajo por nombre el que ya tenía en su pueblo: Flores. Vino de la sierra de Huelva (Encinasola) de mano de gentes que llegaban a otra tierra. Guerras, desencuentros. Ya se sabe, cosas de otros tiempos. Los franciscanos Recoletos casi cuando terminaba el XVI inician la construcción del santuario. Allí se establece la Virgen.

Los imponderables alternan  períodos de esplendor con otros de menor relevancia. La desamortización de Mendizábal (ayer como hoy siempre el dinero, puñetero dinero) obliga a la exclaustración. Echan a los frailes. Queda en abandono el convento; en el santuario, permanece la Virgen; luego, la trajeron al pueblo. A principios de los años sesenta vuelta al convento…

Como cambian los tiempos, se toman nuevas direcciones y se decide que el último domingo, -con posibilidad de fechas para celebrar una novena- se trae a la parroquia para retornarla, el domingo, inmediatamente después, del ocho de septiembre. Los humanos somos así. Nunca contentos, nunca satisfechos. Siempre buscando algo nuevo.


La bajada de la Virgen es el momento propicio. Es día de reencuentros. Saludos, euforias, preguntas… Se hacen buenos los versos de Lorca: “la luz de la aurora lleva / semilleros de nostalgias”. Y, como cada año -un año más-, con el sol aventando sombras, llega la Virgen al pueblo.

1 comentario:

  1. La luz de la aurora lleva/ semilleros de nostalgias
    y la tristeza sin ojos/ de la médula del alma.
    -Federico García Lorca-
    También sienten cuando rezan /a esa virgen bendita,
    que la médula del alma /les devuelve la alegría.
    -Ángeles López- Gracias amigo que a pesar del madrugón has dedicado para todos, más para los ausentes esta hoja escrita con mil amores en esta bajada al pueblo, de nuestra Virgen de Flores.

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