jueves, 15 de septiembre de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Aromas


                               


 

15 de septiembre, jueves. Recibo una llamada. “Aunque estén menudas – me dice Barbeito – tráete las aceitunas y pasamos la noche juntos con un grupo de amigos. Hablo en el Vincci La Rábida sobre el toro bravo”. Es la presentación - en Santander, la hizo Alfonso Ussía – de Go Tauro en Sevilla y…

No hizo falta más. Allí nos concitamos Rogelio Reyes, Víctor Jiménez, Francisco Gallardo, Diego León, Ángel Formoso, Domingo Acosta, Fernando Cepeda… Rigor. Video – ¡Dios mío, qué belleza de imágenes, de palabras en la dehesa!

El maestro, a puerta gayola, recibe el puñado de folios, pétalos de una rosa de ensueño. Nos los regala, uno a uno, con cadencia, con esa inflexión, con musicalidad con la que solo Barbeito trata a la palabra. Las hace de terciopelo, como una brisa mañanera. Se abre en poesía, metáforas, luceros - “alamares en las noches del campo o de las eras, -, lunas llenas o en cuartos crecientes”.  Todo su pregón – el toro sin nombrarlo – son cuentas de un rosario desde el nacimiento a la gloria.

Barbeito lleva embebida la palabra con la suavidad de capa de Morante que se envuelve en ella; con el mando de Curro, que paraba, cuando era preciso, el tiempo; de Camino, de Cepeda, de Parada…, néctar de uva moscatel de la Axarquía, fuerza que sale y se escapa de esos ojos que miran y ven…

Rogelio Reyes sienta cátedra y dice que el texto de Barbeito reclama con urgencia luz en palabras escritas. Tiene – agrega- aliento lírico, originalidad, inventiva de imágenes que todo amante de belleza verbal tiene que conocer.

Rogelio y Diego León que presenta dentro de unos días un nuevo libro – ya lo hizo con el torero Cara Ancha y Aznalcázar – sobre pueblo y Víctor que me dijo que aunque la poesía hoy no vende, va por la media docena de libros publicados y le digo que algo tiene el vino cuando lo consagran…, Francisco Gallardo Cuadernos de San Lorenzo , ternura, belleza, vida, una letanía de recuerdos; Ángel, preciso, oportuno en su profesión y Domingo Acosta, bonhomía de trato, donde afloran recuerdos del cardenal Bueno Monreal de quien me cuenta cosas…

La Giralda como en la noche del Doña María, o en la tarde de terraza en el Hotel Inglaterra, o ésta, del Vincci, está como tiene que ser, en su sitio. La tertulia compartida se deshizo, cuando, la madrugada, en evocación de Miguel ‘pajareaba” por los tejados. Fue corta, muy corta. Barbeito, sublime; nosotros, fascinados…

 

 

                                     

1 comentario:

  1. Muchas gracias por tus palabras, querido Pepe. Sentimental crónica de una noche de amigos, de palabras, de ambiente taurino, y eso que se te ha olvidado enumerar la hermosa "cuadrilla" (valiosísima en todo) de mujeres que estaban con nosotros, en nuestro grupo, no inferiores en méritos a los hombres que estábamos: Paqui, María José, Amalia, María, Lola...
    Gracias, amigo. Enhorabuena.

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