lunes, 4 de julio de 2016

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Que no, que no.

Lo publica El Mundo. Las cosas, son lo que son;  y  no son lo que parecen. Resulta que lo que era no, ahora – bueno, hace unos días – fue un casi “sí”. Verán dicen y explican, a su modo,  porqué el PP ha ganado las elecciones del 26 de junio y ha roto lo que decían las encuestas.

Según el periódico de Madrid, todo ha venido de Estados Unidos, pero de los EE. UU del Norte; de los de Venezuela, no. Esos no; de los otros que, al parecer, en el mundo de capitalismo son los buenos. Los otros… pues ya ven como las están pasando.

Han publicado que todo se debe a la estrategia de una empresa de nombre raro. Yo no les hago publicidad, por supuesto. Además, tampoco les iba a servir de mucho. ¿La cabeza visible?,  una chiquita rubia encerrada con un equipo de gente que trabaja 14 horas al día y que no puede con la impuntualidad de algunos de sus contratadores…

La chica es poquita cosa, al menos por la foto que publica el periódico. Rubia, de pelo lacio y largo; bajita, delgada y con sonrisa puesta. Viste ropa oscura – en la foto que publica el periódico, negra – y un pañuelo verde botella, al cuello.

Cuenta el  artículo que han trabajado muy duro en las redes sociales, sobre todo en facebook y que con anterioridad le llevaron las campaña a Obama y a Cameron (en la del Brexit) han pinchado en hueso. Dicen que todo es usar los tiempos y enviarlos al público adecuado. Alucino en colores.

Ahora resulta que los que decían que Pedro Sánchez no transmitía, que Rivera era un niño ‘mal criado’ y que Pablo echaba a la gente para atrás por su prepotencia cuando habla o por miedo a lo que podría implantar… pues no; va a ser que no.

La gente ha votado a Rajoy porque Isabelle ha sabido mover los hilos frente a las estrategias de los otros. Todo ha sido por un puñado de dólares. Cien mil dólares, dólar más o dólar menos, que para el caso es lo mismo. Total si el rey francés escuchó misa, “porque París bien vale una misa” ¡qué más da ahora!


Vamos. Me quedo en fuera de juego si todo esto  es verdad. ¡Qué pena que nos manejen así!

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