El autobús no viene con la frecuencia que lo hace
habitualmente. Tomo el 146; Los Molinos-Callao. Hace una maña limpia; apunta a
calor. Es una mañana propia de julio y Madrid con mucha gente ya de vacaciones.
Una obra en la calle General Aranda obliga a tomar una ruta alternativa.
Me siento al fondo. Pasado Alcalde López Casero sube una pareja joven. Él
se sienta a mi lado. Tiene un estudio antropológico: bien parecido; barba
morena. Un aro en uno de los lóbulos de la oreja; otros ‘artefactos’ a manera
punzones; tatuajes en el antebrazo y en los gemelos; cordobán en la muñeca, anillo
plateado en dedo pulgar…Todo, en la parte derecha del cuerpo.
Pienso. Me apuesto conmigo mismo que gano la
apuesta. Me digo: es de la cofradía de los ‘lirios’. Pasado Ventas me armo de
valor. Me dirijo, correctamente, le digo, quien soy. Le pido permiso para hacerle
una pregunta personal, íntima e indiscreta. Me lo da; pregunto: ¿A quién votas?
Al, PP Ha debido ver algo raro en mi expresión. No media palabra: “mi madre
piensa lo mismo”.
Me bajo en la Plaza de la Independencia. En Cibeles
me espera mi amigo Paco. Me regala Jirones
de vida entre las zarzas, de Agustín García Delestal. Me invita a la
exposición de El Bosco. Él es de los Amigos del Prado. Entramos por otra
puerta. Hay que aguardar, allí, también, cola…
La exposición – los seis Boscos del Prado y los
traídos de otros sitios – es única. Sencillamente maravillosa. Complejo y
enigmático; placer y pecado; creación y fantasía; colorido y originalidad…
Salimos. La gente aguarda cola a pleno sol. Los
magnolios de Paseo del Prado, todavía, están en flor; han sembrado los parterres
de Recoletos con florecillas blancas, rosas, rojas, lilas. Son flores sensuales,
mínimas. Hablan, con su silencio, a los transeúntes. Se han vestido las acacias
y los plátanos de Velázquez…
?Por qué el Bosco asocia la música con el pecado?
ResponderEliminar?Por qué el Bosco asocia la música con el pecado?
ResponderEliminarAmiga Carmen, el Bosco era tan enigmático que toda su obra en sí ya es un misterio.
ResponderEliminarCon palabras de William Faulkner,el inimitable Bosco,en su búsqueda de la sabiduría suprema, planteaba sueños lo bastante grandes, para no perderlos de vista, mientras los perseguía.
ResponderEliminarComo todos los genios, intemporal. Y cuando te sitúas delante de su obra su grandeza se hace más inconmensurable.
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