El destino juega a su antojo. Hace lo que le da la
gana y, a veces, aparecen noticias que serán por un casual pero que nos hacen
esbozar una sonrisa de esas que encierra
más que muestra.
En Málaga los
curas vivieron durante muchos años –
ahora se entra por otra puerta – en calle Fresca; las mujeres de vida
licenciosa y amigas de hacer favores tuvieron estancia, en calle Beatas; en
Álora, un cortijo se llama Poco Pan, y
una barriada, Poca Agua…
Por cierto. Se encuentran en la feria. Paseo; calle
arriba y calle abajo. La conversación entrecortada. Puede la timidez. Palabras
las justas. Hay que romper la situación:
-
Niña, ¿tú de dónde eres?
-
De Poca Agua.
Se atreve ella; viene, el contraataque:
-
Y ¿tú?
-
De Poco Pan
Ella entre labios deja escapar:
-
¡Vaya
porvenir que tenemos nosotros…!
La gente se va de juerga. Los
‘Sanfermines’ es la gran fiesta totémica del norte de España. Acude gente
renovada cada año. Los hay, también,
fieles y peinan canas en su exhibición mañanera ante las cámaras de
televisión. Antonio Ordóñez y Hemingway le dieron proyección internacional.
Pasó el tiempo. Don Ernesto sigue siendo
más conocido por El viejo y el mar y
por Las nieves del Kilimanjaro y ¿Por quién doblan las campanas? Fue el
padre putativo de un macrobotellón que, entonces, ni él lo sabía, ni lo soñaba,
ni se conocía con ese nombre; don Antonio por aquel rincón donde entraba el
estoque…
Se han corrido, en Pamplona, toros de
ganaderías míticas. Algunas con nombre que al pronunciarlo casi asusta; otras,
de esas que se abren camino entre los que se llaman ‘toristas’ y mandan
animales más cercanos al búfalo – por la corpulencia – que al animal que
Fernando Villalón quería criar con ojos verdes en la marisma.
Entre los asistentes ha ido gente de
todas leches. Los que buscan la diversión y los que van a meter la pata. Casi
en los albores, salta la noticia. Un puñado de detenidos por presunto intento
de violación. El juez no se ha andado con milongas; los ha puesto entre rejas. El
destino se la ha jugado a uno de ellos. Se apellida: Prenda. Y es que hay
cruces…
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