Gallinero de Soria.
25 de enero, sábado. La
Sierra de los Filabres, en Almería; Tierra de Campos, en Palencia; Las Hurdes,
en Cáceres; El Señorío de Molina de Aragón, en el Alto Tajo, en Guadalajara; las
Merindades, en Burgos; Las Cuencas Mineras, en Teruel; la Comarca de Oncala, y,
al otro lado, conforme se baja hacia el Cidacos; Las estribaciones de la Sierra del Alba, en las Tierras Altas
de Soria... Y suma y sigue.
Todas ellas son España. Asientan
en sus suelos pueblos en la agonía de sus vidas. Se quedan sin población, o
sea, esperan su muerte. En un pueblo sin habitantes la desaparición llama a la
puerta. A eso denominan unos la “España vaciada”; otros, la “España, vacía”. La
verdad que no sé dónde está la diferencia.
Benitagla (50 hab); Escobar de
Campos (33); Ladrillar (90); Torremocha (6); Tobera (23); Salcedillo (11); Villarroya
(3), Estepa de San Juan (13 ); Gallinero de Soria (86)…. Aquí, también, hay un
suma y sigue. Las cifras cambian de un día para otro. La edad de la población
manda y en días fríos de invierno pues… “Verde y con asas”.
Muchas - diría que todas -, de
esas comarcas las he recorrido. En algunos de esos pueblos he hablado con el abuelo
que estaba, sin esperar a nadie junto al pilar de la fuente. Aguardaba con quien hablar. Siempre hay un hombre.... Es de lo más gratificante que uno
trae de un viaje. Los viejos casi siempre están solos. Necesitan que se les
hable. Con tal de dar un poco de hilo a la cometa vuela y vuela. Se va a
alturas insospechadas. Podría contar tantas y tantas cosas. Salvo excepciones…
En un lugar pregunté cómo ir a
un determinado pueblo:
- “Aquí, me contestó, los
caminos los hacemos para las bestias y para nosotros”
Entendí que estorbaba. Saludé
cordialmente y ahuequé el ala. Cuando viajo, en cambio, por las tierras de Almarza,
saco, en la distancia mis buenos modales y, cordialmente, saludo a la iglesia de
Nuestra Señora del Rosario, en Gallinero. Quizá fue lo último que vio mi antepasado
(mi ‘García’ es el suyo) cuando en la mediación del XVIII se vino de allí hasta
aquí…
- Hasta luego, digo. Y sigo
ruta, porque yo nunca digo, adiós. Tonterías que tiene uno en la cabeza…
¡Ya ven!
Hace unos días, leía sobre un
pueblo, primo hermano, de todos los que se asientan en los lugares por donde
corren los mismos vientos que barren las cumbres del Calar Alto. Decía el
artículo que su nombre, difícil de pronunciar, es de origen bereber, Benitagla,
y significa “hijos de la tribu de Tagla”. Por cierto, nunca he estado
allí. La tardanza es la mala…
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