29 de diciembre, viernes. Y dijo
Dios “Hágase la luz…” y la luz se hizo y entonces apareció la noche y la mañana
y cada día, cuando se va el alba, nace el sol desde el otro lado de las
montañas o en la espuma de nácar que las olas traen al rebalaje de la playa o
en el cuito y en la voz de quien anuncia que “vela mientras él duerme”.
“Él” es Juan Ramón Caro. Acaba
de alumbrarnos una obra excepcional. La ha titulado - porque juega con su
apellido - “Caríssimo”. Mezcla su guitarra, o mejor, la sensibilidad de su alma
que mueve los dedos para sacar los aspergios de las cuerdas de su guitarra. Nace
una obra única, una obra para paladearla, para degustar, para entonar los ojos
y decir: Gracias Dios mío por poner gente así en nuestro camino.
Juan Ramón, no conforme con
todo eso, va y le une la voz humana: ¡Qué voces, por Dios, qué voces! Son
Antonia Contreras, Miguel Poveda, Pilar Vergara, Yoli Fernández, Miguel Ruiz “El
Pío”, Joaquín de la Bodega, Benito Moreno, Miguel Vergara, “El Pibri”…
¿Cabe más? Sí, cabe. Caben
versos de Bécquer y una evocación a Ícaro que volaba tan alto, tan alto que se
bebía el sol, y a Picasso, y las almenas de un castillo - ‘La bien cercada’
-, o la dureza de la mina, o las mareas que no son iguales en el Mediterráneo o
en el Atlántico y ese temor de la mujer del marinero a la que se le hacen,
largos, muy largos. Son los días cuando espera, con el miedo de quien no sabe
qué puede venir y añora el regreso del amor que se difuminó en la lejanía del
horizonte.
Juan Ramón tiene, en su obra,
recuerdos a la gente que han hecho posible que su vida sea la que es: su madre
Ana o su padre Juan Manuel; a Miguel Poveda; a Antonio Contreras – “mi Antonia”
¿y si él lo dice? – “cauce por donde fluye el río de mi existencia”. Y, repito
¿si él lo dice? Pues eso.
Evoca una planta el “Alyssum,
propia del Mediterráneo, ese mar por donde vinieron las grandes culturas a
Occidente y símbolo del valor más allá de la belleza que aporta paz y dulzor al
alma. Como la aporta – digo yo – esta obra que nos acaba de regalar Juan Ramón
Caro a la que no falta la esencia de algo que no se puede definir en un puñado
de letras porque es la esencia de un pueblo y la que hemos dado en llamar
‘Flamenco” que hace compás y vida con la guitarra de Juan Ramón Caro, siempre,
y ahora en Caríssimo…
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