jueves, 14 de diciembre de 2023

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Mil gracias derramando...


                


14 de diciembre, jueves. Fray Juan de Yepes, nació en Fontiveros (Ávila) en 1542 y murió en Úbeda (Jaén), sin haber cumplido los cincuenta años. Dejó una obra considerada como la del mejor poeta místico de la Literatura Española.

Su vida fue dura. Descendiente de judíos toledanos pobres, su infancia estuvo sembrada de tanta carestía que pasó toda clase necesidades y está documentado que un hermano suyo murió de hambre.

Vivió de niño en Medina del Campo, en aquel tiempo una ciudad próspera y de gran relevancia en Castilla. Juan, en su condición de pobre de solemnidad, pudo entrar como interno en el Colegio de los Niños de la Doctrina. Le llevó realizar algunas prestaciones en el convento. Ayudaba a misa en los oficios, acompañaba a los entierros y tenía que pedir limosna por las calles. Allí le dieron ropa, alimentos y aprendió a leer y escribir.

Quisieron que aprendiese los oficios de carpintero, entallador e impresor. No tenía habilidad para ninguno. En un convento cercano en la ciudad, sí agradó a la monjas en su manera de desenvolverse en al sacristía lo que le valió que le recomendase para entrar a servir en el hospital donde atendían a los enfermos de sífilis.

Con 17 años ingresó en el colegio de los Jesuitas. Aprendió latín, historia y literatura. Le ofrecieron la capellanía del hospital, pero no la aceptó y prefirió entrar en el convento de Santa Ana, del Carmelo. Pasó a Salamanca, al colegio de San Andrés donde estudió Filosofía y Letras. Se dice, aunque no hay constancia, que pudo ser alumno de Fray Luis de León.

Dentro del Carmelo y por su amistad con Teresa de Jesús, le empujó a colaborar con ella en la reforma de la Orden. Sufrió por eso dos veces cárcel.  Estuvo perseguido y recorrió con la Santa de Ávila los caminos de España en su afán reformador.

Cervantes, en el Quijote informa del tránsito, por la noche, de un entierro de un fraile que había muerto en Úbeda y que lo llevan a Segovia. Era él casi con toda seguridad.

Su obra poética es colosal. No ha dado la Literatura hispana un poeta de tanta grandeza como la que él aportó. Sus versos son de una belleza inconmensurable: “Mil gracias derramando / pasó por estos sotos con presura, / y, yéndolos mirando, / con sola su figura / vestidos los dejó de su hermosura”.

La iglesia lo venera como San Juan de Cruz. Hoy, 14 de diciembre, conmemora el 432 aniversario de su muerte.



 

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