24 de diciembre, domingo. No
sabemos cuándo nació. ¿Era verano? Puede que sí, puede que no. ¿Era invierno? Puede que… Verán eso de
pastores al raso y en mitad del campo. Da qué pensar. ¿El lugar? Según los
papeles viejos en un pueblecillo perdido en mitad de la nada. Se llamaba y se
llama Belén.
Su gente, la gente de Belén, gente
normal que vivían del campo. No debían pasarlo muy bien; las gentes del campo
casi siempre han ido con lo puesto, justitos. La tierra es seca, tienen poca
agua y la sacan de pozos.
Los padres del muchacho. Ufff.
La cosa está dura, difícil. No es cuestión de entrar en disquisiciones, pero la
cosa, pues eso. Ustedes ya saben. Sus padres – los que aparecen en los papeles
tuvieron que acudir – vivían en Nazaret, en Galilea - a un empadronamiento y
dicen que así cumplían las órdenes de la superioridad ¿Cuál de ellas? ¿La de
los hombres de la tierra? Desde luego ¿La que dice el Libro que tenía que
cumplirse: “Pero
tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor entre las
principales ciudades de Juda” y todo eso que sigue ¿La que manda el
‘Otro’, que no se ve, que está en todas
partes y es el que lo rige todo? Desde luego que sí
El Niño - ¡cuántas cosas se han
inventado en torno a su nacimiento! La Iglesia apoyada en que los paganos celebraban
el solsticio de invierno lo tomó como punto de arranque. Luego, el Niño se hizo
grande y nos dejó dicho ¡unas cosas ¡Qué cosas! De lo que nos dijo y de lo que se ha hecho de
eso… Como que nos venden otra película. No tiene nada que ver con el Niño. Nos bombardean con otros lópeces. Por cierto, en su tierra, en la que nació el
Niño faltan muchas cosas, pero que muchas cosas y sobran, precisamente, bombas.
Dicen que estos días tenemos
que ser felices por decreto, comer por decreto, comprar por decreto, ser felices
por decreto, cantar por decreto… Yo me quedo con un deseo de un hombre que
sintonizó mucho con ese Niño que nos ha desfigurado. Ese hombre se conoció como
el Poverello de Asís. Me uno a sus deseos y quiero para todos: FELICIDAD,
PAZ Y BIEN.
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