Por un casual ¿ustedes han escuchado
un Villancico que habla de un burrito sabanero que va camino de Belén? Sí, ese
que escribió el venezolano Hubo Blanco en 1972 y que ha dado varias veces la
vuelta al mundo… Ya se sabe si todos los
caminos llevan a Roma, alguno tiene que pasar por Belén, ¿o no?
¿Han escuchado algo de una
campana que estaba sobre otra campana? Sí ese que dice que campana sobre campana
y sobre campana una y que, si quieres ver al Niño en la cuna, o sea chiquitito,
pues hay que asomarse a la ventana (sin caerse, claro). Dicen que ese Villancico
nació en nuestra tierra a principios del XX, es decir, que ya tiene su tiempo… ¿Tampoco?
¿No saben de esa llamada a María
para que venga corriendo porque el chocolatillo se lo están comiendo? ¿Qué no?
No me lo puedo creer. Es el estribillo de uno que dice que hacia Belén va una
burra – se ven que no habían leído a Juan Ramón – cargada de chocolate. No sean
mal pensado. Chocolate del que viene en envuelto en papel de plata…
¡Ay, cómo se puede pensar mal
si estamos en Navidad! Cuando en el fondo lo que sabemos es que hacia Belén va
una burra y un burrito sabanero, que no conocemos si era hijo de la burra o es
que pasaba por allí. Por cierto, yo he pasado, bueno para ser más preciso, me he
acercado a calle Larios, porque eso de entrar es imposible.
Allí he sabido eso de la burra
y el pollino (“Burra que tiene pollino, no va derecha al molino”, dice el refrán)
y del chocolate y de un alumbrado impresionante y de un gentío que te lleva
como si fuera la bulla de Semana Santa (¡leñe que acaba de nacer y queremos ya
cargárnoslo) y hace que en Málaga no se pueda ni andar…
- ¿De qué vas a escribir hoy? Me
ha preguntado mi amigo Jaime con quien he echado el día.
- Ni idea, le he dicho, a ver
cuando llegue a mi casa…
Y ya ven uno llega con la
música de Navidad en los oídos y con el recuerdo de algún que otro amigo que
tenía que haber compartido mesa y mantel (pero también estaba colocado) y se pone a hilvanar palabras. Nos hemos
acordado de ti, maestro Alcántara, cuando nos enseñaste que escribir era llevar
palabras de la mano…
No hay comentarios:
Publicar un comentario