Cabo de Gata. Almería.
19 de
julio, martes. Me las andaba yo el día de la Virgen del Carmen
por tierras de Almería. La noche antes tuvimos una experiencia inolvidable en
la cima del Calar Alto. causadas por un montón de vicisitudes que solo les
pasan a los viajeros intrépidos que nos vamos a los lugares donde no suele ir
casi nadie…
Realizamos unas gestiones en
Almería en esa misma mañana y, por la tarde, nos fuimos al Cabo de Gata, el de
aguas turquesas y cristalinas, el del acantilado que llega a adentrase en la
mar y compite con las aguas para delimitar cada uno sus terrenos…
Me acordé de mi amigo Paco. No
podía ser de otra manera… Mi amigo Paco nos propuso, hace un puñado de años, irnos
a ver una corrida en la plaza de Toros de Almería, porque tomaba la alternativa
uno que decían que era el sustituto de José Tomás, santo y devoción de mi amigo
Paco.
Carretera y manta y Miguel
Ángel, mi amigo Paco y el que suscribe, aterrizábamos un mediodía caluroso de
verano en El Alquián. ¿No lo conocen? Verán, está pasado el aeropuerto, pero
antes de llegar al Cabo y muy cerca de la playa. Su peculiaridad – mi amigo
Paco conocía como nadie los lugares donde mejor se comía- reside en que se
elige el pescado, lo pesan y te lo cocinan. De entre otros bichos, dimos cuenta
de unos San Pedros excepcionales.
Después, en la plaza, nos
invitaban a merendar porque en Almería tienen costumbre de sacar la merienda
tras la lidia del tercer toro. Gente solidaria, entendía que no comíamos por
cortedad y era porque no entraba ni el aire que, por cierto, en Almería con una
huelga de recogedores de basuras… Pues eso.
Mi amigo Paco se fue en el
segundo toro. Dijo que no aguantaba aquello, que aquel torero no se le parecía
a José Tomás ni en el traje de luces… y que nos esperaba en una cafetería del
centro y que nosotros aguantásemos todo lo que se nos iba a venir después…
Lo he recordado. Desde entonces
no pasaba por las cercanías de El Alquián. A mi amigo lo recuerdo muchas veces,
en soledad, con otros amigos, cuando por alguna causa veo los barcos venir como
aquella tarde de la procesión de la Virgen del Carmen en El Palo… Me acordé de
mi amigo Paco Rengel. Ya ven, uno es así…
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