El Bosco. El Jardín de las Delicias.
18 de
julio, lunes. Jerónimo van Aken (1450- 1516), nació en Den Bosch, una ciudad al
norte del ducado de Bravante, en Holanda, a la que el artista unió su nombre
para siempre al firmar sus cuadros como Jheronimsus
Bosch, dejando patente su origen. Desde entonces se le conoce como “el
Bosco”.
Gracias a ser admirado por
nuestro señor el rey don Felipe, el II -
que Dios tenga en su Gloria y al artista, también – una pequeña porción de sus
cuadros se guardan en el Museo del Prado. El Bosco es un pintor desconcertante
– siempre vivió en su ciudad de origen - igualmente que su obra. Reseñar lo que
aportó al mundo del arte, imposible. La más universal de todas sus tablas es la
conocida como “El Jardín de las
Delicias”.
La obra ya en su presentación,
es un misterio. Le da la forma de tríptico: representa la creación del mundo y
al abrirlo, en sus tres apartados, aparecen las delicias de la vida con todos
su pormenores y peculiaridades. Refleja todos los placeres. Se entiende ahora,
el nombre que el artista le da a la tabla.
Alcanzó la fama ya en vida por
su originalidad y estilo. Después de su muerte, durante todo el siglo XVI, muchos
coleccionistas ya trataron de hacerse con su obra. Discípulos y seguidores lo
copiaron, imitaron e incluso falsificaron su firma. Su fama ya en vida fue
extraordinaria.
La capacidad de invención fue
enorme. Las técnicas modernas de análisis de los cuadros a través los rayos
infrarrojos y Radiografías, aportan una información exhaustiva de qué pintaba y
cómo lo hacía. Su técnica, su mensaje, su tratamiento tan personal y tan
original, lo han convertido en uno de los pintores más admirados y, al mismo
tiempo, más estudiado en la búsqueda del tratamiento que daba a sus cuadros. El
Bosco es un pintor enigmático, sorprendente. Trata la superficie como no la han
tratado otros pintores y, además, en el fondo de todo, subyace un mensaje en
ocasiones indescifrable.
En los tiempos actuales donde
el arte se ha convertido en inversión de fortunas poderosas, la obra del pintor
neerlandés ha alcanzado una revaloración impresionante. El surrealismo, además,
lo tuvo como uno de sus pintores precursores y lo convirtieron en estandarte.
El icono de su testimonio pictórico, y, al mismo tiempo una escuela seguida
después, se llama “El Jardín de las
Delicias”. Su autor: Jheronimus van Aken…
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