viernes, 1 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. Primeros de julio

 

                           


     Bahía de Málaga desde El Palo. Al fondo, la Sierra de Mijas

         

1 de julio, viernes. Ya está aquí. Ha venido, como todos los años, por estas fechas. Anunciaron, después de unos días de calor sofocante, que el verano se había adelantado. No era el caso; después, refrescó. El aire llegaba del Atlántico y la brisa ábrega regaló días agradables y noches frescas.

El mar azul invita al chapuzón. Está espléndido. Todo es belleza. Las olas juegan al escondite con las sirenas en sus crestas de nácar que van y vienen a dar en el rebalaje.

El jazmín de la esquina se une a la fiesta. Cada tarde ofrece su pequeña aportación. La casa huele a jazmines y la noche a sensualidad soñada. Al jazmín le acompaña la dama de noche y lo que fue preludio, ya es una realidad de olores.

El sol cada mañana, desde muy temprano, pone el horizonte de color anaranjado intenso. Otras veces es dulce, rosa…. El sol ahora se levanta muy temprano y llena con su luz el campo. Los pájaros del soto dejan de cantar a medida que el sol toma altura y saben que, según venga el aire de uno u otro sitio, el calor apretara más o menos.

Desde el amanecer hay tránsito de coches por la carretera. La gente va al trabajo que desde hace unos meses se reactiva con un goteo constante. Eso es bueno. La gente si tiene un puesto de trabajo tiene otra alegría.

El verano, lo que se ve y se siente lleva trazas de ir a más. Unos vendrán a gozar de vacaciones. Otros buscarán en tierras lejanas paisajes, horizontes, otros cielos, quizá el canto de otros pájaros diferentes a los cantos que ellos están acostumbrados a escuchar.

Llega un vaivén de espumas de sueños con estos primeros días de verano. Hay quien se sobrecoge ante el desconcierto de huelgas en algunas compañías aéreas que ofrecían en sus precios - ¿a costa de qué? – el oro y el moro. El oro parece que puede ser oropel. Lo del moro es otro cantar, sobre todo, si tenemos en cuenta al moro de enfrente que puede dar un aldabonazo - otro más – en el momento que menos se espere y luego ya se sabe…

Julio se ha abierto de capa. Recibe al verano como se recibe al toro que abre plaza. Es una expectativa ante todo lo que puede venir a partir de ahora…

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