viernes, 29 de julio de 2022

Una hoja suelta del cuaderno de bitácora. El Chorro y otras cosas

 


     Estación de El Chorro (Álora). Línea de ferrocarril Málaga-Córdoba


29 de julio, viernes. Por puro azar me ha llegado un libro excelente. “Guía del Visitante. Desfiladero de los Gaitantes”, de varios autores y publicado por Diputación Provincial de Málaga, junio, 2022. Solo tiene un defecto, la dichosa manía del papel satinado, que para los que somos aficionados a la lectura nocturna, el brillo del papel es una tortura.

Trata la Guía un pontón de puntos. Hoy me quedo con lo referente al paisaje de El Chorro. En referencia histórica (hacen un barrido por textos de varios autores) se remontan al pasado y muestran fragmentos con carácter descriptivo.

Francis Carter en el libro segundo de su Viaje de Gibraltar a Málaga publicado en 1777 hace una referencia al espacio físico: “… río de Álora que también nace en Sierra Blanquilla, cerca de El Burgo [habla de Turón, naturalmente] … precipitándose por la famosa garganta de Villaverde [ahora, ya es el Guadalhorce, donde desembocó] y Abalariz, rodea Álora”.

El botánico austriaco Heinrich Moritz Willkomn (1821-1895), comenta cuando llega en tren desde Granada en 1873: “la estación de El Chorro, en el lugar más salvaje y estrecho de aquel valle donde a derecha e izquierda caen diversos arroyos en cascadas espumosas sobre las rocas breñosas  y el tren atraviesa  una altura vertiginosa”.

El austro-húngaro Rodolfo de Hasbsburgo-Lorena (1858-1889), coleccionista de pieles. Viene en 1879 también, de Granada, siguiendo a las grandes rapaces, llega a El Chorro y comenta: “Al tren que pasa atronando por un largo y estrecho valle, los sobrevuelan continuamente los buitres. Frente a una pequeña estación se levanta una pared rocosa de vertical desplome…”

El biólogo malagueño José Arévalo Baca (1844-1890) publica en 1876 La Sierra de la Juma (Provincia de Málaga) y acerca del Guadalhorce comenta: “… viéndose obligado a caminar trabajosamente por entre rocas eruptivas y precipitarse por angostas  cortaduras en el sitio conocido por los Tajos del Gaitán, que puede considerarse  como los gigantescos contrafuertes de la alta Sierra de la Juma, la cual se eleva imponente sobre ellos en la margen izquierda del río, quedando este encajonado entre ellos  y las altas cumbres [no lo menciona pero hace evocación de Las Mesas de Villaverde] del lado opuesto”.

El Chorro, un lugar para soñar, un lugar donde la imaginación siempre se va a quedar de este lado, donde los recuerdos de otros momentos enaltecerán los de ahora…

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